Página 560 - Joyas de los Testimonios 1 (1971)

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Joyas de los Testimonios 1
pesen sobre mí, y daré a la trompeta un sonido certero. Durante
años he dado un testimonio claro y decidido sobre este asunto por la
página impresa y desde la tribuna. No he rehuído declarar todo el
consejo de Dios. Debo estar libre de la sangre de todos. El hecho de
que la mundanalidad y el orgullo dominan en forma casi universal,
no proporciona a ningún cristiano excusa para ser como los demás.
Dios ha dicho: “No seguirás a los muchos para mal hacer.”
Éxodo
23:2
.
No juguéis más, hermanas mías, con vuestras propias almas y
con Dios. Se me ha mostrado que la causa principal de vuestra apos-
tasía es vuestro amor por el vestido. Os induce a descuidar graves
responsabilidades, y tenéis apenas una chispa del amor de Dios en
vuestro corazón. Sin demora, renunciad a la causa de vuestra apos-
tasía, porque es un pecado contra vuestra propia alma y contra Dios.
No os endurezcáis por el engaño del pecado. La moda está deterio-
rando el intelecto y royendo la espiritualidad de nuestro pueblo. La
obediencia a las modas está invadiendo nuestras iglesias adventistas,
y está haciendo más que cualquier otro poder para separar de Dios
a nuestro pueblo. Se me ha mostrado que las reglas de nuestras
iglesias son muy deficientes. Todas las manifestaciones de orgullo
en el vestir, que son prohibidas en la Palabra de Dios, deben ser
suficiente razón para que la iglesia ejerza disciplina. Si a pesar de las
amonestaciones, súplicas y ruegos, se continúa siguiendo la voluntad
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perversa, puede ello considerarse como prueba de que el corazón no
está de ninguna manera unido al de Cristo. El yo, y únicamente el
yo, es el objeto de la adoración, y un cristiano profeso de esta índole
apartará a muchos de Dios.
Pesa sobre nosotros como pueblo un terrible pecado, porque
hemos permitido que los miembros de nuestras iglesias vistan de una
manera inconsecuente con su fe. Debemos levantarnos en seguida,
y cerrar la puerta a las seducciones de la moda. A menos que lo
hagamos, nuestras iglesias se desmoralizarán.
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