La religión y la mente
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de la tierra, se rebajan y degradan.—
The Review and Herald, 18 de
septiembre de 1888
.
Dirija la mente al creador, y no a la exaltación propia
Si se concediera a este principio [trabajar para gloria de Dios]
la atención que merece por su importancia, se efectuaría un cambio
radical en algunos de los métodos corrientes de enseñanza. En vez de
despertar el orgullo, la ambición egoísta y un espíritu de rivalidad, los
maestros procurarían evocar un sentimiento de amor a la bondad, a
la verdad y a la belleza; harían desear lo excelente [...]. En vez de ser
encauzado hacia las meras normas terrestres o movido por el deseo
de exaltación propia que de por sí empequeñece y rebaja, el espíritu
sería dirigido hacia el Creador, para conocerlo y ser semejante a
él.—
Historia de los Patriarcas y Profetas, 646 (1890)
.
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Aguas vivas en lugar de cisternas rotas
Jesús conocía las necesidades del alma. La pompa, las riquezas
y los honores no pueden satisfacer el corazón. “Si alguien tiene sed,
venga a mí y beba”.
Juan 7:37
. Los ricos, los pobres, los encumbra-
dos y los humildes son igualmente bienvenidos. Él promete aliviar
el ánimo cargado, consolar a los tristes, dar esperanza a los abatidos.
Muchos de los que oyeron a Jesús lloraban esperanzas frustradas;
muchos alimentaban un agravio secreto; muchos estaban tratando de
satisfacer su inquieto anhelo con las cosas del mundo y la alabanza
de los hombres; pero cuando habían ganado todo encontraban que
habían trabajado tan solo para llegar a una cisterna rota en la cual
no podían aplacar su sed. Allí estaban en medio del resplandor de
la gozosa escena, descontentos y tristes. Este clamor repentino: “Si
alguien tiene sed”, los arrancó de su pesarosa meditación, y mientras
escuchaban las palabras que siguieron, su mente se reanimó con una
nueva esperanza. El Espíritu Santo presentó delante de ellos el sím-
bolo hasta que vieron en él el inestimable don de la salvación.—
El
Deseado de Todas las Gentes, 417, 418 (1898)
.