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Mente, Carácter y Personalidad 1
El exceso de trabajo incapacita para tratar con otros
Los maestros mismos deberían prestar atención a las leyes de
la salud, a fin de conservar sus propios poderes en las mejores
condiciones posibles, y por ejemplo así como por precepto puedan
ejercer una influencia correcta sobre sus alumnos. El maestro cuya
capacidad física ya está debilitada por la enfermedad o el exceso
de trabajo debería prestar especial atención a las leyes de la vida.
Necesita tomarse tiempo para la recreación. No tiene que cargar
sobre sí mismo responsabilidades adicionales a su trabajo escolar, las
cuales lo abrumarán física o mentalmente tanto su sistema nervioso
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que se desequilibra; porque en este caso se incapacita para tratar con
las mentes y no puede hacer justicia a sí mismo o a sus alumnos.—
Fundamentals of Christian Education, 147 (1890)
.
Comprender las diferentes necesidades
Se me mostró que los médicos en nuestro Instituto deben ser
hombres y mujeres de fe y espiritualidad. Han de poner en Dios su
confianza. Hay muchos que vienen al Instituto que se provocaron
enfermedades de casi todo tipo por su complacencia pecaminosa.
Esta clase de personas no merece la solidaridad que con frecuen-
cia requieren. Y resulta penoso que los médicos dediquen tiempo y
esfuerzos a estas personas, degradadas física, mental y moralmente.
Pero hay un grupo de personas que vivieron en violación de
las leyes naturales por ignorancia. Trabajaron y comieron en for-
ma intemperante porque tal era la costumbre. Algunos sufrieron
mucho a mano de muchos médicos pero no mejoraron sino que
indudablemente empeoraron. Al fin son arrancados de sus tareas, y
de la sociedad, de sus familiares; y como último recurso vienen al
Instituto con una débil esperanza de que puedan encontrar alivio.
Estas personas necesitan apoyo. Hay que tratarlas con la mayor
ternura, y hemos de procurar que comprendan con claridad las leyes
que rigen sus cuerpos, para que puedan, al dejar de violarlas y al
dominarse, evitar el sufrimiento y la enfermedad, el castigo por
violar las leyes de la naturaleza.—
Testimonies for the Church 3:178
(1872)
.