El estudio de la Biblia y la mente
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que guarda los mandamientos de Dios y la fe de Jesús.—
The Review
and Herald, 8 de abril de 1884
.
El estudio de la Biblia favorece el equilibrio mental
Los que están preparados por el Espíritu Santo serán capaces de
enseñar la Palabra con inteligencia. Y cuando se la hace el libro de
texto, con fervientes súplicas por la conducción del Espíritu y con
una completa entrega del corazón para ser santificado por la verdad,
realizará todo lo que Cristo prometió. El resultado de tal estudio
de la Biblia será mentes equilibradas; porque se desarrollarán ar-
moniosamente las facultades físicas, mentales y morales. No habrá
parálisis en el conocimiento espiritual. Se aguzará la comprensión,
se despertará la sensibilidad, se sensibilizará la conciencia, se puri-
ficarán los sentimientos, se creará una atmósfera moral mejor, y se
impartirá un nuevo poder para resistir la tentación.—
Fundamentals
of Christian Education, 433, 434 (1896)
.
Un antídoto para las insinuaciones ponzoñosas
Cuando la mente se sujeta a la verdad bíblica, sus principios se
arraigan profundamente en el alma y la preferencia y los gustos se
entrelazan con la verdad, y no hay deseo de leer libros que rebajan,
excitan y debilitan las facultades morales y destruyen los dones que
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Dios ha derramado para ser utilizados con fidelidad. El conocimiento
bíblico resultará un antídoto contra las venenosas insinuaciones
recibidas a través de una lectura sin control.—
The Review and
Herald, 9 de noviembre de 1886
;
Nuestra Elavada Vocacion, 204
.
Protege de la superstición
Si las enseñanzas de esta Palabra dominaran nuestras vidas, si la
mente y el corazón se sometieran a su poder restrictivo, los males
que ahora existen en las iglesias y en las familias no encontrarían
lugar [...]. Las enseñanzas de la Palabra de Dios han de controlar la
mente y el corazón, para que la vida hogareña demuestre el poder
de la gracia de Dios [...].
Sin la Biblia seríamos confundidos por las falsas teorías. La
mente estaría sujeta a la tiranía de la superstición y la falsedad.