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Capítulo 15—Factores emocionales
La obediencia a Dios libera de la pasión y el impulso
Obedecer a Dios es quedar libre de la esclavitud del pecado y de
las pasiones e impulsos humanos. El ser humano puede ser vencedor
de sí mismo, triunfar sobre sus propias inclinaciones, sobre los prin-
cipados y potestades, sobre las “autoridades, contra los gobernadores
de las tinieblas de este mundo”, y de las “huestes espirituales de
maldad en las regiones celestes”.
Efesios 6:12
.—
El Ministerio de
Curación, 93 (1905)
.
Las emociones han de ser controladas por la volunta
Lo que corresponde a ustedes es volcar su voluntad en el bando
de Cristo. Cuando le entregan su voluntad, él inmediatamente toma
posesión de ustedes, y obra en ustedes para que realicen su deseo.
Entonces su naturaleza queda sometida a su Espíritu. Hasta sus
pensamientos quedan sujetos al Señor. Si no pueden dominar sus
impulsos y emociones como desean, al menos pueden dominar la
voluntad, de modo que se efectúe un gran cambio en la vida de
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ustedes. Cuando entregan su voluntad a Cristo, la vida de ustedes
queda escondida con Cristo en Dios. Hace alianza con el poder que
supera a todos los principados y las potestades. Ya tienen fuerza
divina que los mantiene asidos a su fortaleza; y se abre ante ustedes
la posibilidad de una nueva vida, y aún la vida de la fe.—
MeM 328
(1898)
.
Las emociones controladas por la razón y la conciencia
El poder de la verdad debiera ser suficiente para sostener y con-
solar en toda adversidad. La religión de Cristo revela su verdadero
valor al capacitar a quien la posee para triunfar sobre la aflicción.
Pone a los apetitos, las pasiones y las emociones bajo el control
Véase el capítulo 76, “La decisión y la voluntad”.
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