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Mente, Carácter y Personalidad 1
cuerpo y da la victoria sobre las pasiones guerreantes. Ha provisto
todo recurso para que el hombre pueda poseer un carácter perfecto.—
El Ministerio de Curación, 92 (1905)
.
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El arrebato de los sentimientos no es evidencia de conversión
Satanás induce a las gentes a pensar que porque han sentido
un éxtasis de los sentimientos, se han convertido. Pero no cambia
su vida íntima. Sus acciones son las mismas de antes. Su vida no
manifiesta buenos frutos. Oran a menudo y largo, y constantemente
se refieren a los sentimientos que experimentaron en tal y tal ocasión.
Pero no viven una vida nueva. Están engañadas. Lo que experimen-
tan es un mero sentimiento superficial. Edifican sobre la arena, y
cuando llegan los vientos adversos, su casa es arrasada.—
YZ, 26 de
septiembre de 1901
;
Comentario Bíblico Adventista 4:1186
.
El sentimiento de intranquilidad puede resultar positivo
Los sentimientos de desasosiego, de nostalgia o de soledad pue-
den ser para vuestro bien. Su Padre celestial intenta enseñarlos a
encontrar en él la amistad, el amor y el consuelo que satisfarán sus
esperanzas y deseos más sinceros [...]. La única seguridad y felicidad
de ustedes está en hacer de Cristo su permanente consejero. Pueden
sentirse felices con él aunque no tengan otros amigos en todo el
mundo.—
Carta 2b, 1874
;
Nuestra Elavada Vocacion, 261
.
El señor desea sacudir las mentes
Cristo ve a los hombres tan absortos en los afanes mundanales
y en las perplejidades de sus negocios que no tienen tiempo para
relacionarse con Él. Para ellos el cielo es un lugar extraño, porque
no lo tienen en cuenta. Al no estar familiarizados con las cosas
celestiales, se cansan de escuchar sobre ellas. No les gusta que sus
mentes sean perturbadas con respecto a su necesidad de salvación, y
prefieren dedicarse a las diversiones. Pero el Señor desea sacudir sus
mentes, para que puedan ser llevados a aferrarse de las realidades
eternas. Lo hace en serio. Muy, muy pronto todos ellos lo conocerán,
ya sea que lo deseen o no.—
Manuscrito 105, 1901
.