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Mente, Carácter y Personalidad 1
el hogar. Lo que necesitamos es el principio de la paz que controle
nuestros espíritus y nuestra vida y carácter a la semejanza de la vida
de Cristo que él nos dio como ejemplo.—
Manuscrito 36, 1891
.
El amor se revela en los actos
De todo hogar cristiano debe irradiar una santa luz. El amor ha
de expresarse en hechos. Necesita manifestarse en todas las rela-
ciones del hogar y revelarse en una amabilidad atenta, en una suave
y desinteresada cortesía. Hay hogares donde se pone en práctica
este principio, hogares donde se adora a Dios y donde reina el amor
verdadero. De estos hogares, mañana y noche, la oración asciende
hacia Dios como un dulce incienso, y las misericordias y las bendi-
ciones de Dios descienden sobre los suplicantes como el rocío de la
mañana.—
Historia de los Patriarcas y Profetas, 140 (1890)
.
El cristianismo en el hogar brilla en todas partes
El esfuerzo para hacer del hogar lo que debe ser: un símbolo del
hogar celestial, nos prepara para colaborar en una esfera más amplia.
La educación obtenida al manifestar tierna consideración unos hacia
otros nos permite saber cómo tener acceso a los corazones necesita-
dos de que se les enseñen los principios de la religión verdadera. La
iglesia necesita toda la fuerza espiritual que pueda obtener, para que
todos, y especialmente los miembros más jóvenes de la familia del
Señor, sean guardados con todo esmero. La verdad vivida en el hogar
se hace sentir fuera de él en una obra hecha desinteresadamente. El
que vive el cristianismo en el hogar será en cualquier parte una luz
resplandeciente.—
The Signs of the Times, 1 de septiembre de 1898
;
El hogar adventista, 32, 33 (1894)
.
La elevación de la humanidad comienza en el hogar
La restauración y la elevación de la humanidad empiezan en
el hogar. La obra de los padres es cimiento de toda otra obra. La
sociedad se compone de familias, y será lo que la hagan las cabe-
zas de familia. Del corazón “mana la vida”.
Proverbios 4:23
.—
El
Ministerio de Curación, 269 (1905)
.