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La atmósfera del hogar
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Qué hace que el hogar sea atractivo
Las palabras tiernas, la conversación jovial y los actos de amor
unirán los corazones de los hijos a sus padres con las cadenas de seda
del afecto y conseguirán que el hogar sea atractivo con mucho más
éxito que los adornos más exóticos que se puedan adquirir.—
The
Signs of the Times, 2 de octubre de 1884
;
MeM 206
.
[184]
La pureza en el hogar
El orden es la primera ley del cielo, y el Señor desea que su
pueblo demuestre en sus hogares el orden y la armonía que llenan
las cortes celestiales. La verdad nunca pone sus delicados pies en
un sendero de impureza o suciedad. La verdad no transforma a los
hombres y a las mujeres en personas ásperas o rudas o desordenadas.
Eleva a un nivel más alto a todos los que la aceptan. Bajo la influencia
de Cristo se produce una obra de constante refinamiento [...].
El que estaba tan interesado en que los hijos de Israel practicaran
hábitos de limpieza no aceptará ninguna impureza en los hogares
de su pueblo hoy. Dios mira con desaprobación la falta de limpieza
de cualquier clase. ¿Cómo podemos invitarlo a nuestros hogares a
menos que en ellos todo sea prolijo, limpio y puro?—
The Review
and Herald, 10 de junio de 1902
.
La ubicación del hogar
Mejor que cualquier herencia de riquezas que ustedes puedan
dejar a sus hijos será la dádiva de un cuerpo sano, una mente sa-
na y un carácter noble. Quienes comprendan lo que constituye el
verdadero éxito de la vida serán sabios a tiempo. Al establecer un
hogar recordarán las mejores cosas de la vida. En vez de vivir donde
solo pueden verse las obras de los hombres y donde lo que se ve y
se oye sugiere a menudo malos pensamientos, donde el alboroto y
la confusión producen cansancio e inquietud, vayan a vivir donde
puedan contemplar las obras de Dios. Encuentren la paz del espíritu
en la belleza, quietud y solaz de la naturaleza. Descansen la vista en
los campos verdes, las arboledas y los collados. Miren hacia arriba,
al firmamento azul que el polvo y el humo de las ciudades no os-
curecieron, y respiren el aire restaurador del cielo. Acudan adonde,