La escuela y el maestro
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mensaje del tercer ángel a toda nación, tribu, lengua y pueblo. Te-
nemos pocos misioneros. Desde nuestra patria y del extranjero, nos
llegan muchos pedidos urgentes de obreros. Los jóvenes de ambos
sexos, los de edad madura, y de hecho, todos los que pueden dedicar-
se al servicio del Maestro, debieran aplicar su mente hasta el límite,
y esforzarse por prepararse a fin de contestar a estos llamamientos.
Por la luz que Dios me ha dado, sé que no empleamos las facultades
de la mente ni con la mitad de la diligencia que debemos poner en
un esfuerzo para prepararnos y ser más útiles.—
Consejos para los
Maestros Padres y Alumnos acerca de la Educación Cristiana, 200,
201 (1913)
.
Combinar lo natural con lo espiritual y procurar las más
elevadas realizaciones
En los estudios de nuestras escuelas, lo natural y lo espiritual han
de combinarse. Los trabajos agrícolas ilustran las lecciones bíblicas.
[201]
Las leyes que la tierra obedece revelan el hecho de que está bajo el
dominio magistral de un Dios infinito. Los mismos principios rigen
el mundo espiritual y el mundo natural. Si divorciamos a Dios y su
sabiduría de la adquisición del conocimiento, tenemos una educación
unilateral y pobre, muerta a todas las cualidades salvadoras que dan
poder al hombre, de modo que él no puede adquirir la inmortalidad
por medio de la fe en Cristo. El autor de la naturaleza es el autor de
la Biblia. La creación y el cristianismo tienen un Dios.
Todos los que se ocupan en la adquisición de conocimiento debe-
rían proponerse alcanzar el más elevado nivel de progreso. Avancen
tan rápidamente y tan lejos como puedan; sea su campo de estudio
tan amplio como sus facultades puedan abarcar, haciendo de Dios
su sabiduría, aferrándose al que es infinito en conocimiento, quien
puede revelar los secretos escondidos por las edades, quien puede
resolver los problemas más difíciles para las mentes que creen en el
único que tiene inmortalidad, quien vive en luz inaccesible para el
hombre. El testigo viviente de Cristo, que sigue conociendo al Señor,
encontrará que sus salidas están dispuestas como el alba. “Todo lo
que el hombre siembre, eso también segará”.
Gálatas 6:7
. Con since-
ridad y diligencia, con un cuidado adecuado del cuerpo, dedicando
cada facultad de la mente a la adquisición de conocimiento y sabidu-