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Amor fraternal
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no sea que en sus esfuerzos por prevenir la discordia renuncien a la
verdad, y al evitar la división estén sacrificando los principios. La
verdadera fraternidad nunca puede ser mantenida al comprometer
los principios. Cuando los cristianos se acercan al modelo de la
semejanza a Cristo y llegan a ser puros en espíritu y en acción,
sentirán el veneno de la serpiente. Un cristianismo que es espiritual
provoca la oposición de los hijos de la desobediencia [...]. Esa paz
[247]
y armonía que se obtienen por concesiones mutuas para evitar toda
diferencia de opinión no merecen esos nombres. A veces se deberían
hacer concesiones en asuntos que se relacionan con los sentimientos
entre un hombre y otro; pero nunca debería sacrificarse ni una jota
de los principios para obtener armonía.—
The Review and Herald,
16 de enero de 1900
.
El amor divino es imparcial
Cristo vino a esta tierra con un mensaje de misericordia y perdón.
Puso el fundamento para una religión mediante la cual judíos y
gentiles, negros y blancos, siervos y libres, están unidos en una
fraternidad común, reconocidos como iguales a la vista de Dios.
El Salvador ama sin límites a cada ser humano. En cada uno él ve
posibilidades de mejorar. Con energía y esperanza divinas saluda a
todos aquellos por quienes dio su vida.—
Testimonies for the Church
7:225 (1902)
.
Abarca en un abrazo divino a la fraternidad humana
El amor mutuo santificado es sagrado. En esta gran obra, el amor
mutuo de los cristianos—mucho más elevado, más constante, más
cortés, más abnegado de lo que se haya visto—preserva la ternura,
la benevolencia y la cortesía cristianas, y envuelve la hermandad
humana en el abrazo de Dios, reconociendo la dignidad con que Dios
ha investido los derechos del hombre. Los cristianos siempre deben
cultivar esta dignidad para la honra y gloria de Dios.—
Comentario
Bíblico Adventista 5:1114 (1897)
.