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Mente, Carácter y Personalidad 1
de lo que la humanidad puede llegar a ser si recibe la naturaleza
divina.—
The Youth’s Instructor, 16 de agosto de 1894
;
A Fin de
Conocerle, 290
.
El amor de Dios es un manantial vivo
El amor de Dios es mucho más que una simple negación; es un
principio positivo y eficaz, una fuente viva que corre eternamente
para beneficiar a otros. Si el amor de Cristo habita en nosotros, no
solo no abrigaremos odio hacia nuestros semejantes, sino que tratare-
mos de manifestarles nuestro amor de la mejor manera posible.—
El
Discurso Maestro de Jesucristo, 53 (1896)
.
El universo expresa el amor de Dios
Ojalá todos estimaran correctamente el precioso regalo que nues-
tro Padre celestial hizo a nuestro mundo. Los discípulos sintieron
que no podían expresar el amor de Cristo. Únicamente pudieron
decir: “En esto consiste el amor”.
1 Juan 1:10
. Todo el universo
expresa este amor y la ilimitada misericordia de Dios.
Dios pudo haber enviado a su Hijo al mundo para condenarlo.
Pero, ¡maravillosa gracia! Cristo vino para salvar, no para destruir.
Los apóstoles nunca tocaron este tema sin que sus corazones ardieran
con la inspiración del incomparable amor del Salvador. El apóstol
Juan no puede encontrar palabras para expresar sus sentimientos.
Exclama: “Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos
llamados hijos de Dios, por esto el mundo no nos conoce, porque no
lo conoció a él”.
1 Juan 3:1
. Nunca podremos calcular cuánto nos
amó el Padre. No hay medida con que compararlo.—
Carta 27, 1901
.
Satanás originó la idea de un Dios duro y severo
Satanás indujo a los seres humanos a concebir a Dios como
alguien cuyo principal atributo es una justicia inexorable, como un
juez severo, un duro y estricto acreedor. Pintó al Creador como un ser
que está velando con ojo celoso por discernir los errores y faltas de
los hombres, para visitarlos con juicios. Jesús vino a vivir entre los
seres humanos para disipar esa densa sombra, revelando al mundo
el amor infinito de Dios.—
El Camino a Cristo, 9 (1892)
.
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