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Mente, Carácter y Personalidad 1
y la disposición mental deben tomarse en cuenta. Debemos actuar
con sabiduría en todo lo que hacemos. Pero no hemos de disminuir
nuestra firmeza y vigilancia al tratar con los estudiantes de todas
las edades, ni nuestra firmeza al prohibir el trato sin provecho e
imprudente de los alumnos jóvenes e inmaduros.—
Consejos para
los Maestros Padres y Alumnos acerca de la Educación Cristiana,
97, 98 (1913)
.
Los peligros de la pasión
Algunos de los que asisten al colegio no aprovechan correcta-
mente su tiempo. Llenos del vigor de la juventud, desprecian las
restricciones que se les imponen. Especialmente se rebelan contra
las reglas que no permiten que los varones den atenciones a las
señoritas. Se conocen muy bien los males de tal conducta en esta
época degenerada.
En un colegio donde se asocian tantos jóvenes, imitar las costum-
bres del mundo a este respecto sería dirigir los pensamientos por un
canal que los estorbaría en la búsqueda de los conocimientos y en su
interés por las cosas religiosas. La pasión, tanto de los jóvenes como
de las señoritas, al poner así sus afectos el uno sobre el otro durante
sus días escolares, muestra una falta de buen juicio. Como en su
propio caso, el impulso ciego controla la razón y el juicio. Bajo este
fascinador engaño se ponen a un lado las trascendentes responsabili-
dades que siente cada cristiano, la espiritualidad muere, y el juicio
y la eternidad pierden su majestuoso significado.—
Testimonies for
the Church 5:110 (1882)
.
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Cuando el amor humano prevalece
En muchos el amor al humano eclipsa el amor al Divino. Dan
el primer paso en el camino de la apostasía al aventurarse a pasar
por alto el expreso mandato del Señor; y la apostasía completa es
a menudo el resultado. Siempre ha sido peligroso para el hombre
cumplir su propia voluntad en oposición a los requerimientos de
Dios. No obstante, les resulta duro a los seres humanos aprender
que Dios realmente quiere decir lo que dice. Por lo general, los que
eligen como amigos y compañeros a personas que rechazan a Cristo