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La conciencia
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la sensibilidad moral, de modo que la razón y la conciencia son
vencidas por los impulsos sensuales.—
Consejos sobre el Régimen
Alimenticio, 286 (1890)
.
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La salud y la conciencia
La salud es una bendición inestimable, que está íntimamente
relacionada con la conciencia y la religión más de lo que muchos
piensan. Tiene mucho que ver con la capacidad de uno. Todo pre-
dicador debe tener presente el sentimiento de que para ser un fiel
guardián del rebaño, debe conservar todas sus facultades en con-
dición de prestar el mejor servicio posible.—
Obreros Evangélicos,
256
.
La conciencia es un agente efectivo para restaurar la salud
Aunque estén angustiados y afligidos, no tienen que cerrarse
como las hojas de una rama seca. La alegría y la buena conciencia
son mejores que los remedios, y servirán de agentes eficaces en la
restauración de la salud de ustedes.—
MeM 182 (1871)
.
Es posible estar concienzudamente equivocados
Muchos abrigan la idea de que un hombre puede practicar cual-
quier cosa que él crea concienzudamente que es correcto. Pero la
pregunta es: ¿Tiene ese hombre una buena conciencia, bien instruida,
o tiene una conciencia con prejuicios y distorsionada por sus propias
opiniones preconcebidas? La conciencia no ha de tomar el lugar de
un “así dice el Señor”. No todas las conciencias armonizan entre sí,
ni son igualmente inspiradas. Algunas conciencias están muertas,
cauterizadas como con un hierro candente. Los hombres pueden
estar concienzudamente equivocados así como concienzudamente
en lo correcto. Pablo no creía en Jesús de Nazaret, y persiguió a
los cristianos de ciudad en ciudad, creyendo realmente que estaba
sirviendo a Dios.—
Carta 4, 1889
.