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La conciencia
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que han sustituido con una ley propia la ley de Dios.—
The Review
and Herald, 3 de septiembre de 1901
.
La palabra de Dios es la norma
No basta que el hombre se considere seguro siguiendo los dic-
tados de su conciencia [...]. La cuestión que debe aclararse es esta:
¿Está la conciencia en armonía con la Palabra de Dios? Si no lo
está, sus dictados no pueden seguirse con seguridad, porque engaña-
rán. La conciencia debe ser esclarecida por Dios. Hay que dedicar
tiempo al estudio de las Escrituras y la adoración. Así la mente será
afirmada, fortalecida y arraigada.—
Nuestra Elavada Vocacion, 145
(1901)
.
¿Está su conciencia cambiando su vida?
Usted puede tener una conciencia, y esa conciencia puede lle-
varlo a la convicción, pero la pregunta es: ¿Es esa convicción un
agente que actúa? ¿Alcanza esa convicción a su corazón y a los
actos del hombre interior? ¿Hay una purificación del templo del
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alma de su contaminación? Eso es lo que deseamos, porque esta-
mos en un tiempo como fue el de los hijos de Israel; y si hubiera
pecados sobre usted, no se detenga hasta que los haya corregido y
eliminado.—
Manuscrito 13, 1894
.
La influencia de la verdad sobre la conciencia y el corazón
El salmista dice: “La exposición de tu palabra alumbra; hace
entender a los sencillos”.
Salmos 119:130
. Cuando la verdad actúa
solamente sobre la conciencia, crea mucha incomodidad; pero cuan-
do se invita a la verdad a entrar en el corazón, todo el ser es llevado
en cautividad a Jesucristo. Aun los pensamientos son capturados,
pues la mente de Cristo trabaja donde la voluntad está sometida a la
voluntad de Dios. “Haya, pues, en vosotros este sentir [manera de
pensar, DHH] que hubo también en Cristo Jesús”.
Filipenses 2:5
. La
persona que ha sido liberada por el Señor es realmente libre, y no
puede ser llevada a la esclavitud servil del pecado.—
Manuscrito 67,
1894
.