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La influencia de la percepción
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Las pasiones no controladas dañan las facultades de
percepción
Las pasiones pecaminosas deben ser estrictamente vigiladas. Las
facultades de percepción son maltratadas, terriblemente maltratadas,
cuando se da rienda suelta a las pasiones. Cuando uno se deja domi-
nar por las pasiones, la sangre, en vez de circular por todo el cuerpo,
con lo que se alivia el corazón y se aclara la mente, se concentra
en cantidades indebidas en los órganos internos. El resultado es la
enfermedad. El ser humano no puede ser sano hasta que vea el mal
y lo remedie.—
Counsels on Health, 587 (1900)
.
Se puede educar la mente para aceptar el pecado
Antes que el cristiano peque abiertamente, se realiza en su co-
razón un largo proceso de preparación que el mundo ignora. La
mente no desciende de inmediato de la pureza y la santidad a la
depravación, la corrupción y el delito. Se necesita tiempo para que
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aquellos que fueron formados a la semejanza de Dios se degraden
hasta llegar a lo brutal o satánico. Por la contemplación nos trans-
formamos. Al nutrir pensamientos impuros en su mente, el hombre
puede educarla de tal manera que el pecado que antes odiaba le sea
agradable.—
Historia de los Patriarcas y Profetas, 490 (1890)
.
Las facultades llegan a ser juguete del enemigo
Dios no da permiso al ser humano para violar las leyes de su ser.
Pero cuando este cede a las tentaciones de Satanás y se complace en
la intemperancia, pone las facultades superiores bajo el dominio de
los apetitos y pasiones pecaminosas. Cuando estos logran ascendien-
te, el ser humano, que fue creado un poco menor que los ángeles,
con facultades susceptibles del más elevado cultivo, se entrega al
control de Satanás, y este tiene fácil acceso a aquellos que están
esclavizados por los apetitos. Por causa de la intemperancia, algunos
sacrifican una mitad, y otros los dos tercios, de sus facultades físicas,
mentales y morales, y se hacen juguetes del enemigo.—
The Review
and Herald, 8 de septiembre de 1874
;
Mensajes para los Jóvenes,
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.