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El cristiano y la psicología
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desgraciados [en los cuales alguna dificultad en el hogar, el remordi-
miento por el pecado, el temor de un infierno que arde eternamente,
han desequilibrado la mente] para atribuir la locura a la religión.
Pero esta es una grosera calumnia, y no les agradará tener que arros-
trarla algún día. Lejos de ser causa de locura, la religión de Cristo
es uno de sus remedios más eficaces, porque es un poderoso tran-
quilizante para los nervios.—
Joyas de los Testimonios 2:143, 144
(1885)
.
Entramos en la región de la paz
Cuando las tentaciones los asalten, cuando los afanes, las perple-
jidades y las tinieblas parezcan envolverlos, miren hacia el punto en
que vieron la luz por última vez [...]. Al entrar en comunión con el
Salvador entramos en la región de la paz.—
Manuscrito 193, 1905
.
Toda ansiedad indebida desaparecerá
Cuando los hombres van a su trabajo o están orando; cuando
descansan o se levantan por la mañana; cuando el rico se sacia
en el palacio, o cuando el pobre reúne a sus hijos alrededor de su
escasa mesa, el Padre celestial vigila tiernamente a todos. No se
derraman lágrimas sin que él lo note. No hay sonrisa que para él
pase inadvertida.
Si creyéramos plenamente esto, toda ansiedad indebida desapa-
recería. Nuestras vidas no estarían tan llenas de desengaños como
ahora; porque cada cosa, grande o pequeña, debe dejarse en las
manos de Dios, quien no se confunde por la multiplicidad de los
cuidados, ni se abruma por su peso. Gozaríamos entonces del reposo
del alma al cual muchos han sido por largo tiempo extraños.—
El
Camino a Cristo, 85 (1892)
.
Educar el alma mediante la disciplina
Cristianos, ¿se revela Cristo en nosotros? Debemos trabajar para
mantener cuerpos sanos y mentes robustas que no se debiliten con
facilidad, mentes que miren más allá de sí mismas a la causa y al
resultado de cada movimiento que se hace. Entonces estaremos en
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