Página 101 - Mente, C

Basic HTML Version

Diligencia
97
de educar su mente en el sendero debido. Si usted ahora no llega
[107]
a ser inteligente con respecto a la verdad, la falta será totalmente
suya.—
Carta 3, 1878
.
Avance constantemente
—Deseo que su ambición sea una am-
bición santificada de modo que los ángeles de Dios puedan inspirar
su corazón con santo celo, llevándolo a avanzar constante y fir-
memente y hacer de usted una luz brillante y resplandeciente. Sus
facultades de percepción aumentarán en poder y solidez si su ser
entero—cuerpo, alma y espíritu—se consagran a la realización de
una tarea santa. Haga todo esfuerzo, en la gracia de Cristo y por
medio de ella, para alcanzar la alta norma puesta delante de usted.
Usted puede ser perfecto en su esfera como Dios es perfecto en la de
El. ¿No declaró Cristo: “Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro
Padre que está en los cielos es perfecto”.
Mateo 5:48
?—
Carta 123,
1904
.
Desarrolle todas sus facultades
—[El] desea que crezcamos
continuamente en santidad, en felicidad y en utilidad. Todos tienen
habilidades que deben aprender a considerar como sagradas dotes,
a apreciarlas como dones del Señor y a emplearlas debidamente.
Desea que la juventud desarrolle todas sus facultades, y que las
ponga en ejercicio activo. Desea que los jóvenes gocen de todo
lo útil y valioso en esta vida; que sean buenos y hagan el bien,
acumulando un tesoro celestial para la vida futura.—
El Ministerio
de Curación, 309 (1905)
.
Oportunidades al alcance de todos
—Hay oportunidades y
ventajas que están al alcance de todos para fortalecer los poderes
morales y espirituales. La mente puede ser expandida y ennoblecida,
y debería espaciarse en cosas celestiales. Nuestras facultades deben
ser cultivadas al máximo, o dejaremos de alcanzar la norma divina.
A menos que [la mente] fluya en dirección al cielo, llegará a ser
fácil presa de la tentación de Satanás de ocuparse de proyectos y
empresas mundanos que no tienen conexión particular con Dios. Y
todo el celo, la devoción, la energía inquieta y el deseo afiebrado se
[108]
concentran en este trabajo, y el diablo mira y se ríe al ver el esfuerzo
humano luchando en forma tan perseverante por un objetivo que
nunca alcanzará, que elude su alcance. Pero si puede mantenerlos
apasionados con el engaño, que no tiene base, de que entreguen
su fuerza mental y huesos y músculos a los objetivos que nunca