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Mente, Cáracter y Personalidad 1
sacionales. La prueba es: ¿Qué estáis haciendo para Cristo? ¿Qué
sacrificios estáis haciendo, qué victorias estáis obteniendo? Un es-
píritu egoísta vencido, una tentación a descuidar el deber resistida,
una pasión subyugada y la obediencia voluntaria y alegre prestada a
la voluntad de Cristo, constituyen una evidencia mucho mayor de
que somos hijos de Dios que la piedad espasmódica y la religión
emotiva.—
Joyas de los Testimonios 2:100 (1876)
.
Los cristianos no debieran estar sujetos a las emociones
[130]
Los hijos de Dios no deben estar sujetos a los sentimientos y las
emociones. Cuando vacilan entre la esperanza y el temor, hieren
el corazón de Cristo, porque les ha dado pruebas evidentes de su
amor... Quiere que hagan la obra que les ha confiado; entonces sus
corazones serán como arpas sagradas en las manos divinas, cada una
de cuyas cuerdas emitirá alabanza y acción de gracias a Aquel que
Dios ha enviado para quitar los pecados del mundo.—
Testimonios
para los Ministros, 518, 519 (1914)
.
Cristo da dominio sobre las inclinaciones naturales
—Cristo
vino a este mundo y vivió conforme a la ley de Dios para que el
hombre pudiera dominar perfectamente las inclinaciones naturales
que corrompen el alma. El es el Médico del alma y del cuerpo y da la
victoria sobre las pasiones guerreantes. Ha provisto todo medio para
que el hombre pueda poseer un carácter perfecto.—
El Ministerio de
Curación, 92 (1905)
.
El arrebato de los sentimientos no es evidencia de conver-
sión
—Satanás induce a las gentes a pensar que porque han sentido
un éxtasis de los sentimientos, se han convertido. Pero no cambia su
vida íntima. Sus acciones son las mismas de antes. Su vida no ma-
nifiesta buenos frutos. Oran a menudo y largo, y constantemente se
refieren a los sentimientos que experimentaron en tal y tal ocasión.
Pero no viven una vida nueva. Están engañadas. Lo que experi-
mentan es un mero sentimiento superficial. Edifican sobre la arena,
y cuando llegan los vientos adversos, su casa es arrasada.—
The
Youth’s Instructor, 26 de septiembre de 1901
;
Comentario Bíblico
Adventista 4:1186
.
Véase el Apéndice A, “Consejos a una mujer deprimida de mediana edad”, y
Apéndice B, “Confianza implícita a pesar de los cambios en la atmósfera espiritual”.