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Mente, Cáracter y Personalidad 1
Siempre rodeado de paz
—Su tierna compasión caía con un
toque sanador sobre los corazones cansados y atribulados. Aun en
medio de la turbulencia de enemigos airados, estaba rodeado por una
atmósfera de paz. La hermosura de su rostro, la amabilidad de su
carácter, sobre todo el amor expresado en su mirada y su tono, atraían
a él a todos aquellos que no estaban endurecidos por la incredulidad.
De no haber sido por el espíritu suave y lleno de simpatía que se
manifestaba en todas sus miradas y palabras, no habría atraído las
grandes congregaciones que atraía. Los afligidos que venían a él
sentían que vinculaba su interés con los suyos como un amigo fiel
y tierno, y deseaban conocer más de las verdades que enseñaba. El
cielo se acercaba. Ellos anhelaban permanecer en su presencia, y
que pudiese acompañarlos de continuo el consuelo de su amor.—
El
Deseado de Todas las Gentes, 219, 220 (1898)
.
Su vida era armoniosa
—La vida de Jesús de Nazaret era di-
ferente de la de todos los demás hombres. Su vida entera estuvo
caracterizada por la benevolencia desinteresada y la belleza de la
santidad. En su seno se encontraba el amor más puro, libre de toda
mancha de egoísmo y pecado. Su vida fue perfectamente armoniosa.
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El es el único verdadero modelo de bondad y perfección. Desde el
comienzo de su ministerio los hombres comenzaron a comprender
más claramente el carácter de Dios.
Hasta el tiempo de la primera venida de Cristo, los hombres
adoraron a dioses crueles y despóticos. Aun la mente judía fue
alcanzada por el temor y no el amor. La misión de Cristo sobre la
tierra fue la de revelar a los hombres que Dios no era un déspota sino
un Padre celestial, lleno de amor y misericordia hacia sus hijos.—
Manuscrito 132, 1902
.
No carecía de calor y alegría
—Hay muchos que tienen ideas
erróneas sobre la vida y el carácter de Cristo. Piensan que carecía
de calor y alegría, que era austero, severo y triste. Para muchos toda
la vida religiosa se presenta bajo este aspecto sombrío.—
El Camino
a Cristo, 121 (1892)
.
Posibilidades infinitas en cada ser humano
—En cada ser hu-
mano percibía posibilidades infinitas. Veía a los hombres según
podrían ser transfigurados por su gracia, en “la luz de Jehová nuestro
Dios”.
Salmos 90:17
. Al mirarlos con esperanza, inspiraba esperan-
za. Al saludarlos con confianza, inspiraba confianza. Al revelar en sí