Página 173 - Mente, C

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La escuela y el maestro
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Plenamente capacitado para tratar con las mentes huma-
nas
—Cada maestro necesita que Cristo viva en su corazón por la fe,
y poseer un espíritu fiel, abnegado y de sacrificio propio por amor de
Cristo. Alguien puede tener suficiente educación y conocimiento de
la ciencia como para enseñar, pero, ¿se ha averiguado si tiene tacto
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y sabiduría para tratar con las mentes humanas? Si los instructores
no tienen el amor de Cristo en su corazón, no están capacitados
para ser puestos en contacto con los niños, ni para llevar las graves
responsabilidades que les fueron asignadas de educar a estos niños
y jóvenes. Les faltan la educación superior y el adiestramiento, y no
saben cómo tratar con las mentes humanas. El espíritu de sus propios
corazones naturales e insubordinados lucha por el control, y someter
las mentes y los caracteres dúctiles de los niños a tal disciplina es
dejar en la mente cicatrices y magulladuras que nunca se borrarán.
Si un maestro no puede sentir la responsabilidad y el cuidado
que debería revelar al tratar con las mentes humanas, es que su
educación en algunos casos ha sido muy defectuosa. En la vida
de hogar el adiestramiento ha sido perjudicial para el carácter, y es
triste reproducir este carácter y conducción defectuosos en los niños
puestos bajo su cuidado.—
Fundamentals of Christian Education,
260, 261 (1893)
.
Responsabilidades que no son para los inexpertos
—La es-
cuela de la iglesia de Battle Creek es una parte importante de la viña
que ha de ser cultivada. Se necesitan mentes bien equilibradas y ca-
racteres simétricos en los maestros en todas las áreas. No entreguen
esta tarea en manos de jóvenes y señoritas que no sepan cómo tratar
con las mentes humanas. Esto ha sido un error, y ha producido un
mal en los niños y jóvenes bajo su cuidado...
Hay que tratar con toda clase de caracteres en los niños y jóvenes.
Sus mentes son impresionables. Cualquier exhibición apresurada y
apasionada de parte del maestro puede destruir su influencia para
el bien en los alumnos que se pretende que eduque. ¿Será esta
educación para el bien actual y el bien eterno futuro de los niños y
jóvenes? Hay que ejercer una influencia correcta sobre ellos para su
bien espiritual.—
Manuscrito 34, 1893
.
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Consejo a un maestro de genio rápido
—Cada maestro tiene su
propio rasgo peculiar de carácter que debe vigilar para que Satanás
no lo use como su agente para destruir almas mediante sus rasgos