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Mente, Cáracter y Personalidad 1
de carácter no consagrados. La única seguridad para los maestros
es aprender diariamente en la escuela de Cristo, su mansedumbre,
su humildad de corazón; entonces el yo se esconderá en Cristo,
y humildemente llevará el yugo de Cristo y considerará que está
tratando con la herencia de El.
Debo señalarle que se me ha mostrado que los mejores métodos
no se han practicado siempre al tratar con los errores y faltas de
los alumnos, y el resultado ha sido que se han puesto en peligro
las almas, y algunas se han perdido. El mal genio de los maestros,
los movimientos imprudentes y la dignidad propia han hecho su
obra perversa. No hay forma de vicio, mundanalidad o ebriedad que
hará una obra más maligna sobre el carácter, amargando el alma, y
poniendo en marcha males que sobrepujan lo bueno, que las pasiones
humanas que no están bajo el control del Espíritu de Dios. Nunca
serán provechosas la ira, la agitación o la pérdida de los estribos.
Cuántos hijos pródigos quedan fuera del reino de Dios por el
carácter descuidado de los que pretenden ser cristianos. Celos, envi-
dia, orgullo, sentimientos duros, justicia propia, fácil provocación,
malicia, aspereza, frialdad, falta de simpatía, son todos atributos
de Satanás. Los maestros los encontrarán en los caracteres de sus
alumnos. Es terrible tener que tratar con estas cosas; pero al procurar
arrojar fuera estos males, el obrero ha desarrollado, en muchos casos,
atributos similares que han arruinado el alma de aquel con quien
están tratando.—
Carta 50, 1893
.
Necesitan una mente bien equilibrada
—Los maestros que tra-
bajan en esta parte de la viña del Señor, necesitan tener dominio
propio, mantener bajo control su genio y sus sentimientos, y asimis-
mo estar sujetos al Espíritu Santo. Deben dar evidencia de poseer,
no una experiencia unilateral, sino una mente bien equilibrada, un
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carácter simétrico.—
Consejos para los Maestros Padres y Alumnos,
183; 148 (1913)
.
La decisión de mejorar es importante
—Las oportunidades
de un maestro pueden haber sido limitadas, de modo que no haya
logrado acumular tantos conocimientos como sería de desear; sin
embargo, si sabe incursionar en las intimidades de la naturaleza
humana; si siente amor sincero por su trabajo, si aprecia su magnitud
y está decidido a mejorar; si está dispuesto a trabajar afanosa y
perseverantemente, comprenderá las necesidades de los alumnos