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Mente, Cáracter y Personalidad 1
ciones por la pérdida del testimonio del Espíritu Santo de que son
hijos de Dios en medio de la excitación mundanal, en la sociedad de
los mundanos.—
Carta 14, 1885
.
La conciencia violada llega a ser un tirano
—La conciencia
violada llega a ser un tirano sobre otras conciencias.—
Carta 88,
1896
.
Satanás controla la conciencia adormecida por el alcohol
El borracho vende su razón por una copa de veneno. Satanás asume
el dominio de su razón, de sus afectos y de su conciencia. Ese
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hombre está destruyendo el templo de Dios. El que toma té ayuda
a hacer la misma obra. Sin embargo, ¡cuántos hay que colocan en
sus mesas esos agentes destructores, sofocando de esa forma sus
atributos divinos!—
La Temperancia, 71 (1899)
.
La dieta afecta la conciencia
—Los alimentos toscos y estimu-
lantes afiebran la sangre, excitan el sistema nervioso y con demasiada
frecuencia embotan la sensibilidad moral, de modo que la razón y
la conciencia son vencidas por los impulsos sensuales.—
CRA 286
(1890)
.
La salud y la conciencia
—La salud es una bendición inestima-
ble, que está más íntimamente relacionada con la conciencia y la
religión de lo que muchos piensan. Tiene mucho que ver con la capa-
cidad de uno. Todo predicador debe tener presente el sentimiento de
que para ser un fiel guardián del rebaño, debe conservar todas sus fa-
cultades en condición de prestar el mejor servicio posible.—
Obreros
Evangélicos, 256
.
La conciencia es un agente efectivo para restaurar la salud
Aunque estéis angustiados y afligidos, no tenéis que cerraros como
las hojas de una rama seca. La alegría y la buena conciencia son
mejores que los remedios, y servirán de agentes eficaces en la res-
tauración de vuestra salud....—
MeM 182 (1871)
.
Es posible estar concienzudamente equivocados
—Muchos
abrigan la idea de que un hombre puede practicar cualquier co-
sa que él crea concienzudamente que es correcto. Pero la pregunta
es: ¿Tiene ese hombre una buena conciencia, bien instruida, o tiene
una conciencia con prejuicios y distorsionada por sus propias opi-
niones preconcebidas? La conciencia no ha de tomar el lugar de un
“así dice el Señor”. No todas las conciencias armonizan entre sí,
ni son igualmente inspiradas. Algunas conciencias están muertas,