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Mente, Cáracter y Personalidad 1
pacientes. El pregunta a estos instructores impetuosos: “¿Es esta
la forma en que tratas a las almas de aquellos por quienes di mi
vida? ¿No aprecias más que esto el precio infinito que pagué por su
redención?”—
Testimonies for the Church 4:419 (1880)
.
El médico encuentra toda clase de mentes
—El Dr. _____ de-
bería procurar añadir algo diariamente a su bagaje de conocimientos
y cultivar la cortesía y el refinamiento de sus modales... Debería
recordar que está asociado con toda clase de mentes y que las im-
presiones que produzca se extenderán a otros estados y perjudicarán
al Instituto [el Sanatorio de Battle Creek].—
Testimonies for the
Church 3:183, 184 (1872)
.
Se necesitan paciencia y sabiduría
—Los predicadores deben
tener cuidado de no esperar demasiado de los que están andando a
tientas en las tinieblas del error. Deben hacer bien su obra, confiando
en que Dios impartirá a las mentes indagadoras la influencia miste-
riosa y vivificadora de su Espíritu Santo, sabiendo que sin esto sus
labores no tendrán éxito. Deben ser pacientes y sabios para tratar con
las mentes, recordando cuán múltiples son las circunstancias que
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han desarrollado tales rasgos diferentes en los individuos. Deben
vigilarse constantemente para que el yo no obtenga la supremacía, y
Jesús sea dejado afuera.—
Obreros Evangélicos, 395 (1915)
.
El amor de Cristo se abre paso
—Sólo Aquel que lee en el
corazón sabe llevar a los hombres al arrepentimiento. Sólo su sa-
biduría nos proporcionará éxito en alcanzar a los perdidos. Podéis
erguiros, imaginándoos ser más santos que ellos, y por acertado que
sea vuestro razonamiento o veraz vuestra palabra, no conmoverán
los corazones. El amor de Cristo, manifestado en palabras y obras,
se abrirá camino hasta el alma, cuando de nada valdría la reiteración
de preceptos y argumentos.—
El Ministerio de Curación, 121 (1905)
.
Con compasión y amor
—No todos están preparados para co-
rregir a los que yerran. No tienen sabiduría para tratar con justicia a
la vez que con amante misericordia. No se inclinan a ver la necesi-
dad de mezclar el amor y la tierna compasión con las reprensiones
justas. Algunos son siempre innecesariamente severos y no sienten
la necesidad de escuchar el mandato del apóstol: “Tengan compasión
de los que dudan. A unos sálvenlos sacándolos del fuego” (
Judas 22,
23
, versión
Dios habla hoy
).—
Testimonies for the Church 3:269,
270 (1873)
.