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Mente, Cáracter y Personalidad 1
de comprender la verdad comparando un pasaje con otro, segura-
mente se contraerá y perderá su tono. Deberíamos poner nuestras
mentes a la tarea de buscar las verdades que no están en la misma
superficie.—
The Review and Herald, 28 de septiembre de 1897
.
La Biblia dirige la vida rectamente
—La Biblia entera es una
revelación de la gloria de Dios en Cristo, Aceptada, creída y obe-
decida, constituye el gran instrumento para la transformación del
carácter. Es el gran estímulo, la fuerza que constriñe, que vivifica las
facultades físicas, mentales y espirituales y encauza debidamente la
vida.
La razón por la cual los jóvenes, y aun los de edad madura, se
ven tan fácilmente inducidos a la tentación y al pecado es porque no
estudian la Palabra de Dios ni la meditan como debieran. La falta
de fuerza de voluntad firme y resuelta que se manifiesta en su vida
y carácter resulta del descuido de la sagrada instrucción que da la
Palabra de Dios. No hacen esfuerzos verdaderos por dirigir la mente
hacia lo que le inspiraría pensamientos puros y santos y la apartaría
de lo impuro y falso.—
El Ministerio de Curación, 364 (1905)
.
Revela las reglas para una vida santa
—El Señor, en su gran
misericordia, nos ha revelado en las Escrituras sus reglas para una
vida santa, sus mandamientos y sus leyes. En ellos nos dice los
pecados que debemos evitar; nos explica el plan de salvación y nos
señala el camino al cielo. Si obedecemos su mandato de “escudriñar
las Escrituras”, ninguno necesita ignorar estas cosas.
El progreso real del alma en la virtud y el conocimiento divino
se realiza mediante el plan de la adición: añadiendo constantemente
las gracias que Cristo vino a poner al alcance de todos haciendo un
sacrificio infinito. Nosotros somos finitos, pero hemos de tener un
sentido de lo infinito.
Debemos someter la mente a un esfuerzo, contemplando a Dios
y su maravilloso plan para nuestra salvación. El alma se elevará así
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por sobre las cosas comunes y se fijará en las eternas.
El pensamiento de que estamos en el mundo de Dios y en la
presencia del gran Creador del universo, quien hizo al hombre a su
propia imagen y semejanza, elevará la mente a campos más amplios
y elevados para la meditación que lo que puede lograr cualquier
historia ficticia. El pensamiento de que el ojo de Dios nos vigila, que
El nos ama y se interesó tanto por el hombre caído como para dar