Página 113 - Mensajes Selectos Tomo 1 (1966)

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Los ángeles están admirados
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esta grande e importante verdad, que sólo mediante la sangre de
Cristo hay perdón de los pecados.
Con frecuencia se repite esta grande verdad salvadora a oídos de
los creyentes e incrédulos y, sin embargo, los ángeles contemplan
con admiración la indiferencia de los hombres para quienes tanto
significan estas verdades. Cuán poco se pone en evidencia que la
iglesia siente la fuerza del admirable plan de redención. Cuán pocos
convierten en una viviente realidad esta verdad: que sólo por medio
de la fe en la purificadora sangre de Jesucristo hay perdón de los
pecados que se adhieren a los seres humanos como la inmunda lepra.
¡Qué profundidades de pensamiento debieran despertarse en
cada mente! Cristo no necesitó sufrir para hacer expiación por sí
mismo. El suyo fue un sufrimiento cuya profundidad estuvo en
proporción con la dignidad de su persona y su intachable y excelso
carácter.—
Carta 43, 1892
.
Arrepentimiento espasmódico
“He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y
abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo. Al que
venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he
vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono”.
Apocalipsis
3:20, 21
.
Quizá algunos digan: ¿Por qué se hace resonar este mensaje
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tan constantemente en nuestros oídos? Porque no os arrepentís ple-
namente. No vivís en Cristo ni Cristo mora en vosotros. Cuando
un ídolo es expulsado del alma, Satanás tiene otro preparado para
ocupar su lugar. A menos que os consagréis enteramente a Cristo y
viváis en comunión con él, a menos que lo hagáis vuestro Consejero,
hallaréis que vuestro corazón, abierto a los malos pensamientos,
fácilmente se desvía del servicio de Dios al servicio del yo.
A veces quizá deseéis arrepentiros. Pero a menos que os refor-
méis decididamente y pongáis en práctica las verdades que habéis
aprendido, a menos que tengáis una fe activa que obre, una fe que au-
mente constantemente en vigor, vuestro arrepentimiento será como
el rocío matutino. No dará alivio permanente al alma. Un arrepenti-
miento originado por el ejercicio espasmódico de los sentimientos
es un arrepentimiento del que debemos arrepentirnos, pues es enga-