Página 115 - Mensajes Selectos Tomo 1 (1966)

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Capítulo 13—La importancia de recibir el Espíritu
Santo
Durante la noche del primer sábado de las reuniones de New-
castle, me pareció estar en una reunión presentando la necesidad e
importancia de que recibamos el Espíritu. Esa era la preocupación
de mi obra: la apertura de nuestro corazón al Espíritu Santo. En una
ocasión, Cristo dijo a sus discípulos: “Aún tengo muchas cosas que
deciros, pero ahora no las podéis sobrellevar”. Cristo estaba restrin-
gido por la limitada comprensión de ellos. No podía descubrirles
las verdades que anhelaba desplegar, pues mientras sus corazones
estuvieran cerrados a ellas, el despliegue de esas verdades sería un
trabajo perdido. Debían recibir el Espíritu antes de que pudieran
entender plenamente las lecciones de Cristo. “El Consolador, el Espí-
ritu Santo—dijo Cristo—, a quien el Padre enviará en mi nombre, él
os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que os he dicho”.
En mi sueño, un centinela estaba a la puerta de un importante
edificio y preguntaba a cada uno que procuraba entrar: “¿Has reci-
bido el Espíritu Santo?” En su mano había un cordón para medir, y
sólo pocos, muy pocos fueron admitidos en el edificio. “Tu estatura
como ser humano no significa nada—decía—, pero si has alcanzado
la estatura plena de un varón en Cristo Jesús, de acuerdo con el
conocimiento que has tenido, recibirás una invitación para sentarte
con Cristo en la cena de las bodas del Cordero, y por los siglos sin
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fin nunca dejarás de aprender de las bendiciones concedidas en el
banquete preparado para ti.
“Puede que tú seas alto y bien proporcionado, pero no puedes
entrar aquí. Nadie que sea como un niño crecido, que lleve consigo
el genio, los hábitos y las características propias de los niños, puede
entrar. Si has alimentado desconfianzas, críticas, mal genio, orgullo,
no puedes ser admitido, pues echarías a perder la fiesta. Todos los
que entran por esta puerta tienen el traje de bodas tejido en el telar
del cielo. Los que tienen la costumbre de encontrar defectos en el ca-
rácter de otros, revelan una deformidad que entristece a las familias,
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