Página 128 - Mensajes Selectos Tomo 1 (1966)

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Mensajes Selectos Tomo 1
venga a la iglesia antes de que nos despertemos? ¿Esperamos ver
que se reavive toda la iglesia? Ese tiempo nunca llegará.
Hay personas en la iglesia que no están convertidas y que no se
unirán a la oración ferviente y eficaz. Debemos hacer la obra indivi-
dualmente. Debemos orar más y hablar menos. Abunda la iniquidad,
y debe enseñarse a la gente que no se satisfaga con una forma de
piedad sin espíritu ni poder. Si somos asiduos en el escudriñamiento
de nuestro corazón, si nos liberamos de nuestros pecados y dejamos
de lado nuestras malas tendencias, nuestras almas no se elevarán a la
vanidad, desconfiaremos de nosotros mismos al comprender siempre
que nuestra suficiencia es de Dios.
Tenemos mucho más que temer de enemigos internos que de
externos. Los impedimentos para el vigor y el éxito provienen mu-
cho más de la iglesia misma que del mundo. Los incrédulos tienen
derecho a esperar que los que profesan ser observadores de los man-
damientos de Dios y de la fe de Jesús hagan más que cualesquiera
otros para promover y honrar la causa que representan por su vida
consecuente, su ejemplo piadoso y su activa influencia. ¡Pero con
cuánta frecuencia los profesos defensores de la verdad han demos-
trado ser los mayores obstáculos para su adelanto! La incredulidad
fomentada, las dudas expresadas, las tinieblas abrigadas, animan la
presencia de los malos ángeles y despejan el camino para los planes
de Satanás.
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Abriendo la puerta al adversario
El adversario de las almas no puede leer los pensamientos de los
hombres, pero es un agudo observador y toma nota de las palabras.
Registra las acciones y hábilmente adapta sus tentaciones para tratar
los casos de los que se colocan al alcance de su poder. Si trabajá-
ramos para reprimir los pensamientos y sentimientos pecaminosos,
sin darles expresión en palabras o acciones, Satanás sería derrotado,
pues no podría preparar sus engañosas tentaciones adecuadas para
el caso.
¡Pero con cuánta frecuencia abren la puerta al adversario de las
almas los profesos cristianos por su falta de dominio propio! En las
iglesias son frecuentes las divisiones y aun las amargas disensiones
que deshonrarían a cualquier colectividad mundana, porque se hace