Página 142 - Mensajes Selectos Tomo 1 (1966)

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Mensajes Selectos Tomo 1
después de la solemne visitación del Espíritu de Dios, comenzasteis
a discutirlas [las diversiones] con tanto celo, que se quebrantaron
todas las barreras, y debido a vuestra pasión por los juegos, descui-
dasteis prestar atención a la palabra de Cristo: “Velad y orad, para
que no entréis en tentación”.
Marcos 14:38
. El lugar que debiera
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haber sido ocupado por Jesús fue usurpado por vuestra pasión por
los juegos. Elegisteis vuestras diversiones en vez del consuelo del
Espíritu Santo. No seguisteis el ejemplo de Jesús, que dijo: “He
descendido del cielo no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del
que me envió”.
Juan 6:38
.
Las mentes de muchos quedaron tan confundidas con sus propias
inclinaciones y deseos humanos, y han estado tan hechos al hábito
de complacerlos, que no pueden comprender el verdadero sentido
de las Escrituras. Muchos suponen que al seguir a Cristo estarán
obligados a ser melancólicos y tristes porque se les requiere que se
nieguen a sí mismos los placeres y locuras en que se complace el
mundo. El cristiano viviente estará lleno de alegría y paz, porque vive
como viendo al Invisible, y los que buscan a Cristo en su verdadero
carácter tienen en su interior los elementos de vida eterna porque
son participantes de la naturaleza divina, habiendo escapado de la
corrupción que hay en el mundo debido a la concupiscencia. Jesús
dijo: “Esta es la voluntad del Padre, el que me envió: Que de todo
lo que me diere, no pierda yo nada, sino que lo resucite en el día
postrero. Y ésta es la voluntad del que me ha enviado: Que todo
aquel que ve al Hijo, y cree en él, tenga vida eterna; y yo le resucitaré
en el día postrero”.
Juan 6:39, 40
.
Los hijos de Dios son colaboradores con Dios
Toda vida espiritual se deriva de Jesucristo. “A todos los que
le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de
ser hechos hijos de Dios”.
Juan 1:12
. Pero, ¿cuál es el resultado
seguro de llegar a ser hijo de Dios? El resultado es que llegamos
a ser colaboradores con Dios. Hay una gran obra que hacer para
la salvación de vuestra propia alma, y para haceros idóneos para
ganar a otros de la incredulidad a una vida sustentada por la fe en
Cristo Jesús. “De cierto, de cierto os digo: El que cree en mí [¿Con
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una fe ocasional? No, con una fe permanente que obra por el amor