Capítulo 19—Qué predicar y qué no predica
Aparezca Cristo
El objeto de todo ministerio es mantener oculto el yo y hacer que
aparezca Cristo. La exaltación de Cristo es la gran verdad que han
de revelar todos los que trabajan en palabra y doctrina.—
Manuscrito
109, 1897
.
Los que trabajan en la causa de la verdad debieran presentar
la justicia de Cristo, no como una luz nueva, sino como una luz
preciosa que por un tiempo ha sido perdida de vista por la gente.
Hemos de aceptar a Cristo como a nuestro Salvador personal, y él
nos imputa la justicia de Dios en Cristo. Repitamos y destaquemos
la verdad que ha descrito Juan: “En esto consiste el amor: no en que
nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros,
y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados”.
1 Juan
4:10
.
En el amor de Dios se ha manifestado la más maravillosa veta de
verdad preciosa, y se exponen delante de la iglesia y del mundo los
tesoros de la gracia de Cristo... Qué amor es éste, qué maravilloso,
insondable amor que indujo a Cristo a morir por nosotros cuan-
do todavía éramos pecadores. Cuánto pierde el alma que entiende
las vigorosas demandas de la ley y que, sin embargo, no llega a
comprender la sobreabundante gracia de Cristo.
[183]
Es cierto que la ley de Dios revela el amor de Dios cuando es
predicado como la verdad en Jesús, pues el don de Cristo para este
mundo culpable debe tratarse extensamente en cada discurso. No
es de admirar que los corazones no hayan sido conmovidos por la
verdad, cuando ésta se ha presentado de una manera fría y sin vida.
No es de admirar que haya vacilado la fe en las promesas de Dios
cuando los ministros y obreros han dejado de presentar a Jesús en
relación con la ley de Dios. Con cuánta frecuencia debieran haber
No Se Presenta Aquí Una Lista Completa De Los Temas. Para Más Sugestiones.
Véase
El Evangelismo, 139-148, 162-207
.—
Los Compiladores
.
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