Página 209 - Mensajes Selectos Tomo 1 (1966)

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El fundamento de nuestra fe
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forma de advertencia durante los primeros días de mis trabajos
públicos. Cuando salí del estado de Maine, fue para ir por Vermont y
Massachusetts para dar un testimonio contra esas opiniones.
Living
Temple
contiene el alfa de esas teorías. Sabía que la omega seguiría
poco después, y temblé por nuestro pueblo. Sabía que debía advertir a
nuestros hermanos y hermanas que no debían entrar en controversias
en cuanto a la presencia y personalidad de Dios. Las declaraciones
presentadas en
Living Temple
acerca de este punto son incorrectas.
Los textos empleados para apoyar la doctrina presentada son pasajes
mal aplicados.
Me siento impulsada a hablar negando la pretensión de que las
enseñanzas de
Living Temple
pueden ser apoyadas por declaraciones
de mis escritos. Quizá haya en ese libro expresiones y opiniones
que están en armonía con mis escritos. Y quizá haya en mis escritos
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muchas declaraciones que, tomadas aisladamente e interpretadas de
acuerdo con el modo de pensar del autor de
Living Temple,
parecerían
estar en armonía con las enseñanzas de ese libro. Esto puede dar
un apoyo aparente al aserto de que las opiniones que hay en
Living
Temple
están en armonía con mis escritos. Pero no permita Dios que
prevalezca esa opinión.
Pocos pueden discernir el resultado de fomentar las falsedades
defendidas por algunos en este tiempo. Pero el Señor ha levantado la
cortina y me ha mostrado el resultado que se produciría. Las teorías
espiritualistas acerca de la personalidad de Dios, seguidas hasta sus
conclusiones lógicas, destruyen todo el sistema cristiano. Anulan
la luz que Cristo, al descender del cielo, dio a Juan para que éste
diera a las gentes. Enseñan que las escenas que están precisamente
delante de nosotros no son de suficiente importancia para que se les
preste atención. Anulan la verdad de origen divino y despojan al
pueblo de Dios de su experiencia pasada, dándole en cambio una
falsa ciencia.
En una visión nocturna, se me mostró claramente que esas opi-
niones han sido consideradas por algunos como las grandes verdades
que han de presentarse y hacerse resaltar en la actualidad. Se me
mostró una plataforma asegurada con sólidas vigas: las verdades
de la Palabra de Dios. Alguien de gran responsabilidad en la obra
médica estaba dirigiendo a un hombre y a otro para que aflojaran
las vigas que sostenían esa plataforma. Entonces oí una voz que