Página 211 - Mensajes Selectos Tomo 1 (1966)

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El fundamento de nuestra fe
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zos del enemigo para socavar el fundamento de nuestra fe mediante
la diseminación de teorías engañosas, leí un incidente acerca de
un barco que hizo frente a un iceberg en una neblina. Dormí poco
durante varias noches. Me parecía estar aplastada como un carro
bajo las gavillas. Una noche fue presentada claramente una escena
delante de mí. Navegaba un barco en medio de una densa neblina.
De pronto el vigía exclamó: “¡Iceberg a la vista!” Allí, como una
elevada torre por encima del barco, estaba un gigantesco iceberg.
Una voz autorizada exclamó: “¡Hazle frente!” No hubo un momento
de vacilación. Se demandaba acción instantánea. El maquinista dio
marcha a todo vapor y el timonel dirigió el barco directamente contra
el iceberg. Con un crujido golpeó el témpano. Hubo una terrible
sacudida, y el iceberg se rompió en muchos pedazos que cayeron
sobre la cubierta con un estruendo semejante al trueno. Los pasa-
jeros fueron violentamente sacudidos por la fuerza de la colisión,
pero no se perdieron vidas. El navío se dañó, pero no sin remedio.
Rebotó por el contacto, temblando de proa a popa como una criatura
viviente. Entonces siguió adelante en su camino.
Bien sabía yo el significado de esta visión. Había recibido mis
órdenes. Había oído las palabras, como una voz de nuestro Capitán:
“¡Hazle frente!” Sabía cuál era mi deber y que no había un momento
que perder. Había llegado el tiempo de una acción decidida. Sin
demora, debía obedecer la orden: “¡Hazle frente!”
Esa noche estaba en pie a la una, escribiendo a toda la velocidad
con que mi mano podía correr sobre el papel. Durante los pocos días
subsiguientes trabajé desde temprano hasta tarde, preparando para
nuestros hermanos las instrucciones que me fueron dadas acerca de
los errores que estaban introduciéndose entre nosotros.
He estado esperando que hubiera una reforma cabal y que se
mantuvieran los principios por los cuales luchamos en los primeros
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días, y que fueron presentados con el poder del Espíritu Santo.
El firme fundamento de nuestra fe
Muchos de nuestros hermanos no comprenden cuán firmemente
han sido establecidos los fundamentos de nuestra fe. Mi esposo,