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Mensajes Selectos Tomo 1
permitió acosarlo, y resistió todos sus asaltos. Fue sumamente afli-
gido y duramente acosado, pero Dios no lo abandonó sin reconocer
lo que hacía. Cuando fue bautizado por Juan en el Jordán, al salir
del agua, descendió sobre él el Espíritu de Dios, en forma de una
paloma áurea, y una voz del cielo dijo: “Este es mi Hijo amado, en
el cual tengo complacencia”.
Mateo 3:17
. Directamente después de
este anunció, Cristo fue guiado por el Espíritu al desierto. Marcos
dice: “Luego el Espíritu le impulsó al desierto. Y estuvo allí en el
desierto cuarenta días, y era tentado por Satanás, y estaba con las
fieras”.
Marcos 1:12, 13
. “Y no comió nada en aquellos días”.
Lucas
4:2
.
Haciendo frente a la tentación
Cuando Jesús fue guiado al desierto para ser tentado, fue guiado
por el Espíritu de Dios. El no provocó la tentación. Fue al desierto
para estar solo, para contemplar su misión y obra. Ayunando y
orando había de fortalecerse para el sangriento sendero que debía
recorrer. ¿Cómo debía comenzar su obra de libertar a los cautivos
retenidos en el tormento por el destructor? Durante su largo ayuno,
fue presentado delante de él todo el plan de su obra como libertador
del hombre.
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Cuando Jesús fue al desierto, fue circuido por la gloria del Padre.
Completamente entregado a la comunión con Dios, fue elevado por
encima de la debilidad humana. Pero se retiró la gloria y fue dejado
para luchar con la tentación. Ella lo oprimió cada momento. Su
naturaleza humana rehuía el conflicto que lo aguardaba. Ayunó y
oró durante cuarenta días. Débil y extenuado por el hambre, agotado
y macilento con agonía mental, “fue desfigurado de los hombres su
parecer, y su hermosura más que la de los hijos de los hombres”.
Isaías 52:14
. Entonces llegó la oportunidad de Satanás. Entonces
éste supuso que podía vencer a Cristo.
Como si hubiera sido en respuesta a sus oraciones, vino al Sal-
vador uno en figura de un ángel de luz y éste fue el mensaje que dio:
“Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan”.
Mateo 4:3
.
Jesús hizo frente a Satanás con las palabras: “No sólo de pan
vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios”.