Página 238 - Mensajes Selectos Tomo 1 (1966)

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Capítulo 31—La ley en Gálatas
Cristo y la Ley
SE ME pregunta acerca de la ley en Gálatas. ¿Cuál ley es el ayo
para llevarnos a Cristo? Contesto: Ambas, la ceremonial y el código
moral de los Diez Mandamientos.
Cristo fue el fundamento de todo el sistema judío. La muerte de
Abel fue una consecuencia de no haber aceptado Caín el plan de
Dios en la escuela de la obediencia para ser salvado por la sangre de
Jesucristo, simbolizada por las ofrendas de sacrificio que señalaban a
Cristo. Caín rehusó la efusión de sangre que simbolizaba la sangre de
Cristo que había de ser derramada por el mundo. Toda esta ceremonia
fue preparada por Dios, y Cristo vino a ser el fundamento de todo el
sistema. Este es el comienzo de la obra de la ley como el ayo que
lleva a los instrumentos humanos pecaminosos a considerar a Cristo
como el fundamento de todo el sistema judío.
Todos los que servían en relación con el santuario eran educados
constantemente acerca de la intervención de Cristo a favor de la raza
humana. Ese servicio tenía el propósito de crear en cada corazón
amor por la ley de Dios, que es la ley del reino divino. Las ofrendas
de sacrificios habían de ser una lección objetiva del amor de Dios
revelado en Cristo: en la víctima doliente, moribunda, que tomó
sobre sí el pecado del cual era culpable el hombre, haciéndose pecado
el Inocente por nosotros.
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En la contemplación de este gran tema de la salvación, vemos la
obra de Cristo. No sólo el don prometido del Espíritu sino también la
naturaleza y el carácter de ese sacrificio y de esa mediación son temas
que debieran crear en nuestro corazón ideas elevadas, sagradas y
sublimes de la ley de Dios, que sigue en vigencia para todos los seres
humanos. La violación de esa ley en el pequeño acto de comer del
fruto prohibido trajo sobre el hombre y sobre la tierra la consecuencia
de la desobediencia a la santa ley de Dios. La naturaleza de la
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