Página 242 - Mensajes Selectos Tomo 1 (1966)

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Mensajes Selectos Tomo 1
Los símbolos y sombras del servicio de sacrificios, junto con las
profecías, dieron a los israelitas una visión velada y borrosa de la mi-
sericordia y de la gracia que habían de ser traídas al mundo mediante
la revelación de Cristo. Se desplegó ante Moisés el significado de
los símbolos y sombras que señalan a Cristo. El vio el fin de lo que
había de ser abolido cuando, en la muerte de Cristo, el símbolo se
encontrara con lo simbolizado. Vio que únicamente mediante Cristo
puede el hombre guardar la ley moral. Por la transgresión de esa ley,
el hombre introdujo el pecado en el mundo, y con el pecado vino la
muerte. Cristo llegó a ser la propiciación por los pecados del hombre.
Ofreció la perfección de su carácter en lugar de la pecaminosidad del
hombre. Tomó sobre sí mismo la maldición de la desobediencia. Los
sacrificios y las ofrendas señalaban el sacrificio que iba a realizar.
El cordero sacrificado simbolizaba al Cordero que había de quitar el
pecado del mundo.
Viendo el objetivo de lo que había de ser abolido, viendo a Cristo
como revelado en la ley, se iluminó el rostro de Moisés. La ministra-
ción de la ley, escrita y grabada en piedra, era una ministración de
muerte. Sin Cristo, el transgresor era dejado bajo su maldición, sin
esperanza de perdón. La ministración no tenía gloria en sí misma,
pero el Salvador prometido, revelado en los símbolos y sombras de
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la ley ceremonial, hacía que la ley moral fuera gloriosa.
Pablo quería que sus hermanos vieran que la gran gloria de un
Salvador que perdona los pecados daba significado a todo el sistema
judío. Deseaba que ellos también vieran que cuando Cristo vino
al mundo y murió como sacrificio para el hombre, el símbolo se
encontró con lo simbolizado.
Después de que Cristo murió en la cruz como una ofrenda por el
pecado, la ley ceremonial no podía tener fuerza. Sin embargo, estaba
relacionada con la ley moral y era gloriosa. El conjunto llevaba el
sello de la divinidad y expresaba la santidad, la justicia y la rectitud
de Dios. Y si la ministración de la dispensación que iba a abolirse era
gloriosa, ¿cuánto más gloriosa debía ser la realidad, cuando Cristo
fuera revelado impartiendo su Espíritu que da vida y santifica a todos
los que creen?
La proclamación de la ley de los Diez Mandamientos fue un
maravilloso despliegue de la gloria y majestad de Dios. ¿Cómo
afectó al pueblo esa manifestación de poder? Estaban aterrados.