Página 271 - Mensajes Selectos Tomo 1 (1966)

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La tentación de Cristo
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su Creador. Los pacíficos cuadrúpedos, en su feliz inocencia, jugaban
en torno de Adán y Eva, obedientes a la palabra de ellos. Adán se
hallaba en la perfección de su virilidad, y era la más noble obra del
Creador. Estaba creado a la imagen de Dios, pero era un poco menor
que los ángeles.
Cristo como el segundo Adán
¡Qué contraste el del segundo Adán cuando fue al sombrío de-
sierto para hacer frente sin ninguna ayuda a Satanás! Desde la caída,
la raza humana había estado disminuyendo en tamaño y en fortaleza
física, y hundiéndose más profundamente en la escala de la dignidad
moral, hasta el período del advenimiento de Cristo a la tierra. Y a fin
de elevar al hombre caído, Cristo debía alcanzarlo donde estaba. El
tomó la naturaleza humana y llevó las debilidades y la degeneración
del hombre. El que no conoció pecado, llegó a ser pecado por noso-
tros. Se humilló a sí mismo hasta las profundidades más hondas del
infortunio humano a fin de poder estar calificado para llegar hasta
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el hombre y elevarlo de la degradación en que el pecado lo había
sumergido.
“Porque convenía a aquel por cuya causa son todas las cosas, y
por quien todas las cosas subsisten, que habiendo de llevar muchos
hijos a la gloria, perfeccionase por aflicciones al autor de la salvación
de ellos”.
Hebreos 2:10
. Se citan
Hebreos 5:9
;
2:17, 18
.
“Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compa-
decerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo
según nuestra semejanza, pero sin pecado”.
Hebreos 4:15
.
Desde que se rebeló por primera vez, Satanás había estado en
guerra contra el gobierno de Dios. El éxito que tuvo al tentar a Adán
y a Eva en el Edén e introducir el pecado en el mundo había envalen-
tonado a este archienemigo, y se había jactado orgullosamente ante
los ángeles celestiales de que cuando apareciera Cristo, tomando la
naturaleza del hombre, sería más débil que él [que Satanás], y que
lo vencería mediante su poder. Se regocijaba de que Adán y Eva en
el Edén no pudieran resistir a sus insinuaciones cuando recurrió a
su apetito. De la misma manera venció a los habitantes del mundo
antiguo, por medio de la complacencia del apetito concupiscente y
de las pasiones corruptas. Pudo vencer a los israelitas mediante la