Página 295 - Mensajes Selectos Tomo 1 (1966)

Basic HTML Version

La revelación de Dios
291
La naturaleza no es Dios
Los que tienen un verdadero conocimiento de Dios no se infa-
tuarán con las leyes de la materia ni las operaciones de la naturaleza,
al punto de pasar por alto o rehusar reconocer la continua operación
de Dios en la naturaleza. La naturaleza no es Dios, ni nunca lo fue.
La voz de la naturaleza testifica de Dios, pero la naturaleza no es
[345]
Dios. Como obra creada por Dios, simplemente da un testimonio
del poder de Dios. La Deidad es el autor de la naturaleza. En sí mis-
mo, el mundo natural no tiene poder sino el que Dios le suministra.
Hay un Dios personal, el Padre; hay un Cristo personal, el Hijo. Y
“Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en
otro tiempo a los padres por los profetas, en estos postreros días nos
ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por
quien asimismo hizo el universo; el cual, siendo el resplandor de su
gloria, y la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas las
cosas con la palabra de su poder, habiendo efectuado la purificación
de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de
la Majestad en las alturas”.
Hebreos 1:1-3
.
Dice el salmista: “Los cielos cuentan la gloria de Dios, y el
firmamento anuncia la obra de sus manos. Un día emite palabra
a otro día, y una noche a otra noche declara sabiduría. No hay
lenguaje ni palabras, ni es oída su voz”.
Salmos 19:1-3
. Algunos
quizá supongan que estas grandes cosas del mundo natural son Dios.
No son Dios. Todas esas maravillas de los cielos tan sólo están
haciendo la obra que les ha sido señalada. Son los instrumentos de
Dios. Dios es quien vigila la marcha de todas las cosas, así como
fue su Creador. El Ser Divino se ocupa en sostener las cosas que ha
creado. La misma mano que sostiene y equilibra las montañas en
su posición, guía los mundos en su misteriosa marcha alrededor del
sol.
Apenas si hay alguna función de la naturaleza a la que no encon-
tremos una referencia en la Palabra de Dios. La Palabra declara que
“hace salir su sol”, y hace descender la lluvia.
Mateo 5:45
. “Hace
a los montes producir hierba”. “Da la nieve como lana, y derrama
la escarcha como ceniza. Echa su hielo como pedazos; ... enviará
su palabra, y los derretirá; soplará su viento, y fluirán las aguas”
[346]