Página 299 - Mensajes Selectos Tomo 1 (1966)

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Cristo, el dador de la vida
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que guardes el mandamiento sin mácula ni reprensión, hasta la
aparición de nuestro Señor Jesucristo, la cual a su tiempo mostrará
el bienaventurado y solo Soberano, Rey de reyes, y Señor de señores,
el único que tiene inmortalidad, que habita en luz inaccesible; a quien
ninguno de los hombres ha visto ni puede ver, al cual sea la honra y
el imperio sempiterno”.
1 Timoteo 6:11-16
.
Escribiendo Pablo otra vez dice: “Palabra fiel y digna de ser
recibida por todos: que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los
pecadores, de los cuales yo soy el primero. Pero por esto fui recibido
a misericordia, para que Jesucristo mostrase en mí el primero toda
su clemencia, para ejemplo de los que habrían de creer en él para
vida eterna. Por tanto, al Rey de los siglos, inmortal, invisible, al
único y sabio Dios, sea honor y gloria por los siglos de los siglos”.
1
Timoteo 1:15-17
.
La inmortalidad sacada a luz por Cristo
Cristo “sacó a luz la vida y la inmortalidad por el Evangelio”.
2
Timoteo 1:10
. Nadie puede tener vida espiritual independiente fuera
de Cristo. El pecador no es inmortal, pues Dios ha dicho: “El alma
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que pecare, ésa morirá”.
Ezequiel 18:4
. Esto quiere decir todo lo que
expresa. Va más allá de la muerte que es común a todos: significa
la muerte segunda. Los hombres se sorprenden ante esto y dicen:
¿Quiere Ud. decir que el hombre no es más que un animal? Se piensa
que esto es degradante. ¿Pero qué es lo que eleva al hombre a la
vista de Dios? ¿Es la acumulación de dinero? No, pues Dios declara
que son suyos el oro y la plata. Si el hombre abusa de los bienes que
le han sido encomendados, Dios puede esparcir más rápido de lo que
el hombre puede juntar. El hombre puede tener un intelecto brillante;
puede ser rico en la posesión de dones naturales. Pero todos ellos
le son dados por Dios, su Hacedor. Dios puede quitar el don de la
razón, y en un momento el hombre quedará como Nabucodonosor,
degradado al nivel de las bestias del campo. Dios hace esto porque
el hombre procede como si su sabiduría y poder los hubiera recibido
independientemente de Dios.
El hombre es únicamente mortal, y mientras se sienta demasiado
sabio para aceptar a Jesús, permanecerá siendo únicamente mortal.
Los hombres han hecho cosas maravillosas en el mundo intelectual,