Página 330 - Mensajes Selectos Tomo 1 (1966)

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Mensajes Selectos Tomo 1
Jesús dice: “Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de
ellos es el reino de los cielos”.
Mateo 5:3
. Hay plenitud de gracia en
Dios, y podemos tener el espíritu y poder divinos en gran medida. No
os alimentéis con las cáscaras de la justicia propia, sino id al Señor.
El tiene el mejor manto para poneros y sus brazos están abiertos
para recibiros. Cristo dirá: “Quitadle esas vestiduras viles, y vestidlo
con ropas de gala”.
Venid como un pecador arrepentido
¿Pero esperaremos hasta que sintamos que estamos limpiados?
No. Cristo ha prometido que “si confesamos nuestros pecados, él
es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda
maldad”.
1 Juan 1:9
. Sois probados por Dios mediante la Palabra de
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Dios. No habéis de esperar emociones maravillosas antes de creer
que Dios os ha oído. Los sentimientos no han de ser vuestra norma,
pues las emociones son tan mutables como las nubes. Debéis tener
algo sólido como fundamento de vuestra fe. La Palabra del Señor es
una Palabra de infinito poder, en ella podéis confiar, y él ha dicho:
“Pedid, y recibiréis”. Mirad al Calvario. ¿No ha dicho Cristo que
es vuestro abogado? ¿No ha dicho que si pedís cualquier cosa en
su nombre, la recibiréis? No habéis de depender de vuestra propia
bondad o de vuestras buenas obras. Habéis de venir dependiendo
del Sol de justicia, creyendo que Cristo ha quitado vuestros pecados
y os ha imputado su justicia.
Habéis de venir a Dios como un pecador arrepentido, mediante
el nombre de Jesús, el divino Abogado, a un Padre misericordioso y
perdonador, creyendo que cumplirá lo que ha prometido. Todos los
que deseen la bendición de Dios, llamen al trono de la misericordia
y esperen con firme seguridad diciendo: “Tú, oh Señor, has dicho:
‘Todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama,
se le abrirá’”. El Señor anhela que los que buscan a Dios crean en
Aquel que puede hacer todas las cosas.
El Señor ha procurado mostrarnos cuán dispuesto está Dios
para oír y contestar nuestro pedido, usando un hecho muy familiar
y común. Dijo: “¿Qué hombre hay de vosotros, que si su hijo le
pide pan, le dará una piedra? ¿O si le pide un pescado, le dará
una serpiente? Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas