Página 333 - Mensajes Selectos Tomo 1 (1966)

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Capítulo 50—Venid y buscad y encontra
Cristo, el Divino Portador del Pecado
Es imposible que el hombre se salve a sí mismo. Puede engañarse
a sí mismo en cuanto a esto, pero no puede salvarse a sí mismo.
Sólo la justicia de Cristo puede servir para su salvación, y éste es
un don de Dios. Es el vestido de boda en el cual podéis aparecer
como huéspedes bienvenidos en la cena de las bodas del Cordero.
Que la fe se aferre de Cristo sin demora, y seréis una nueva criatura
en Jesús, una luz para el mundo.
Cristo es llamado “Jehová, justicia nuestra”, y mediante la fe
cada uno debería decir: “Jehová, justicia mía”. Cuando la fe se aferre
de este don de Dios, la alabanza de Dios estará en nuestros labios
y podremos decir a otros: “He aquí el Cordero de Dios, que quita
el pecado del mundo”.
Juan 1:29
. Entonces podremos hablar a los
perdidos en cuanto al plan de salvación, [para decirles] que cuando
el mundo yacía bajo la maldición del pecado, el Señor presentó con-
diciones de misericordia al pecador caído y sin esperanza, y reveló
el valor y significado de su gracia. La gracia es un favor inmerecido.
Los ángeles, que no saben nada del pecado, no comprenden qué
significa que se les extienda la gracia, pero nuestra pecaminosidad
demanda la dádiva de la gracia de un Dios misericordioso. Fue la
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gracia la que envió a nuestro Salvador a buscarnos, cuando éramos
peregrinos, para llevarnos de vuelta al redil.
¿Tenéis el sentimiento de una necesidad en vuestra alma? ¿Tenéis
hambre y sed de justicia? Entonces, esto es una evidencia de que
Cristo está actuando en vuestro corazón y ha creado ese sentimiento
de necesidad a fin de que pueda ser buscado para hacer por vosotros,
mediante la dádiva de su Espíritu Santo, las cosas que es imposible
que hagáis por vosotros mismos. El Señor no especifica condiciones,
con la excepción de que tengáis hambre de su misericordia, deseéis
su consejo y anheléis su amor. “¡Pedid!” Al pedir manifestáis que
Este Artículo Apareció en
The Signs Of The Times, 19 de diciembre de 1892
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