Página 342 - Mensajes Selectos Tomo 1 (1966)

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Mensajes Selectos Tomo 1
de la ley. Entonces se abren los ojos para ver el carácter del pecado.
La ley es quebrantada pero no puede perdonar al transgresor. Es
nuestro ayo, que condena al castigo. ¿Dónde está el remedio? La ley
nos lleva a Cristo, que pendió de la cruz para que pudiera impartir su
justicia al hombre caído y pecaminoso y así presentar a los hombres
ante su Padre en su propio carácter perfecto.
En la cruz, Cristo no sólo mueve a los hombres al arrepentimiento
hacia Dios por la transgresión de la ley divina (pues aquel a quien
Dios perdona hace primero que se arrepienta), sino que Cristo ha
satisfecho la Justicia. Se ha ofrecido a sí mismo como expiación. Su
sangre borbotante, su cuerpo quebrantado, satisfacen las demandas
de la ley violada y así salva el abismo que ha hecho el pecado. Sufrió
en la carne para que con su cuerpo magullado y quebrantado pudiera
cubrir al pecador indefenso. La victoria que ganó con su muerte
en el Calvario, destruyó para siempre el poder acusador de Satanás
sobre el universo y silenció sus acusaciones de que la abnegación
era imposible en Dios y, por lo tanto, no era esencial en la familia
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humana.
El puesto de Satanás en el cielo había sido el siguiente después
del del Hijo de Dios. Era el primero entre los ángeles. Su poder
había sido degradante, pero Dios no podía mostrar al enemigo en su
verdadera luz y poner a todo el cielo en armonía con Dios haciéndolo
desaparecer con sus malas influencias. Su poder estaba en aumento,
pero el mal no había sido reconocido todavía. Era un poder mortífero
para el universo, pero por la seguridad de los mundos y del gobierno
del cielo era necesario que se desarrollara y revelara en su verdadero
carácter.
La abnegación de Dios
Al llevar a cabo su enemistad contra Cristo hasta que pendió de
la cruz del Calvario, con su cuerpo herido y magullado y el corazón
quebrantado, Satanás se desarraigó completamente del afecto del
universo. Entonces se vio que Dios se había negado a sí mismo en
su Hijo, entregándose por los pecados del mundo porque amaba a
la humanidad. El Creador fue revelado en el Hijo del Dios infinito.
Aquí fue contestada para siempre la pregunta: “¿Puede haber abne-
gación en Dios?” Cristo era Dios y condescendió en ser hecho carne,