Página 394 - Mensajes Selectos Tomo 1 (1966)

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Mensajes Selectos Tomo 1
la fe a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la
esperanza de la gloria de Dios”.
Romanos 5:1, 2
.
“Siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la
redención que es en Cristo Jesús, a quien Dios puso como propicia-
ción por medio de la fe en su sangre, para manifestar su justicia a
causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados,
con la mira de manifestar en este tiempo su justicia, a fin de que él
sea el justo, y el que justifica al que es de la fe de Jesús”.
Romanos
3:24-26
. “Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no
de vosotros, pues es don de Dios”.
Efesios 2:8
. Se cita
Juan 1:14-16
.
La promesa del espíritu
El Señor quiere que los suyos sean sanos en la fe: que no ignoren
la gran salvación que les es tan abundantemente ofrecida. No han de
mirar hacia adelante pensando que en algún tiempo futuro se hará
una gran obra a su favor, pues ahora es completa la obra. El creyente
no es exhortado a que haga paz con Dios. Nunca lo ha hecho ni
jamás podrá hacerlo. Ha de aceptar a Cristo como su paz, pues con
Cristo están Dios y la paz. Cristo dio fin al pecado llevando su
pesada maldición en su propio cuerpo en el madero, y ha quitado la
maldición de todos los que creen en él como en un Salvador personal.
Pone fin al poder dominante del pecado en el corazón, y la vida y el
carácter del creyente testifican de la naturaleza genuina de la gracia
de Cristo. A los que le piden, Jesús les imparte el Espíritu Santo,
pues es necesario que cada creyente sea liberado de la corrupción,
así como de la maldición y condenación de la ley. Mediante la
obra del Espíritu Santo, la santificación de la verdad, el creyente
llega a ser idóneo para los atrios del cielo, pues Cristo actúa dentro
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de él y la justicia de Cristo está sobre él. Sin esto, ningún alma
tendrá derecho al cielo. No disfrutaríamos del cielo a menos que
estuviéramos calificados para su santa atmósfera por la influencia
del Espíritu y de la justicia de Cristo.
A fin de ser candidatos para el cielo, debemos hacer frente a
los requerimientos de la ley: “Amarás al Señor tu Dios con todo
tu corazón, y con toda tu alma, y con todas tus fuerzas, y con toda
tu mente; y a tu prójimo como a ti mismo”.
Lucas 10:27
. Sólo
podemos hacer esto al aferrarnos por fe de la justicia de Cristo.