Página 397 - Mensajes Selectos Tomo 1 (1966)

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Justificados por la fe
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su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los
pecados pasados... ¿Luego por la fe invalidamos la ley? En ninguna
manera, sino que confirmamos la ley”.
Romanos 3:20-31
.
La gracia es un favor inmerecido y el creyente es justificado sin
ningún mérito de su parte, sin ningún derecho que presentar ante
Dios. Es justificado mediante la redención que es en Cristo Jesús,
quien está en las cortes del cielo como el sustituto y la garantía del
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pecador. Pero si bien es cierto que es justificado por los méritos de
Cristo, no está en libertad de proceder injustamente. La fe obra por
el amor y purifica el alma. La fe brota, florece y da una cosecha
de precioso fruto. Donde está la fe, aparecen las buenas obras. Los
enfermos son visitados, se cuida de los pobres, no se descuida a los
huérfanos ni a las viudas, se viste a los desnudos, se alimenta a los
desheredados. Cristo anduvo haciendo bienes, y cuando los hombres
se unen con él, aman a los hijos de Dios, y la humildad y la verdad
guían sus pasos. La expresión del rostro revela su experiencia y los
hombres advierten que han estado con Jesús y que han aprendido
de él. Cristo y el creyente se hacen uno, y la belleza del carácter
de Cristo se revela en los que están vitalmente relacionados con
la Fuente de poder y de amor. Cristo es el gran depositario de la
rectitud que justifica y de la gracia santificante.
Todos pueden acudir a él y recibir su plenitud. El dice: “Venid a
mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descan-
sar”.
Mateo 11:28
. Luego, ¿por qué no desechar toda incredulidad y
escuchar las palabras de Jesús? Necesitáis descanso, anheláis paz.
Por lo tanto, decid desde el corazón: “Señor Jesús, vengo, porque
tú me has hecho esta invitación”. Creed en él con fe firme, y seréis
salvos. ¿Habéis estado mirando a Jesús, que es el autor y consuma-
dor de vuestra fe? ¿Habéis estado contemplando a Aquel que está
lleno de verdad y de gracia? ¿Habéis aceptado la paz que sólo Cristo
puede dar? Si no lo habéis hecho, entonces rendíos a él y mediante
su gracia procurad tener un carácter que sea noble y elevado. Id en
pos de un espíritu constante, resuelto y alegre. Alimentaos de Cristo,
que es el pan de vida, y manifestaréis su gracia de carácter y de
espíritu.
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