Página 41 - Mensajes Selectos Tomo 1 (1966)

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Elena G. de White y sus escritos
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Evangelio de parte de los que tienen autoridad oficial. Aunque es
desagradable ese deber, debo reprochar al opresor y pedir justicia.
Debo presentar la necesidad de preservar justicia y equidad en todas
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nuestras instituciones.
Si veo que los que están en posiciones de responsabilidad des-
cuidan a ministros ancianos, debo presentar el asunto a aquellos
cuyo deber es cuidarlos. Los ministros que han realizado fielmente
su obra no han de ser olvidados ni descuidados cuando se quebrante
su salud. Nuestras asociaciones no han de descuidar las necesidades
de los que han llevado las responsabilidades de la obra. Después de
que Juan había envejecido en el servicio del Señor fue desterrado a
Patmos. Y en esa isla solitaria recibió más comunicaciones del cielo
que las que había recibido durante el resto de su vida.
Después que me casé, se me instruyó que debía mostrar un
interés especial en huérfanos de padre y madre, tomando algunos
bajo mi cuidado durante un tiempo y luego buscando hogares para
ellos. Así daría a otros un ejemplo de lo que podrían hacer.
Aunque fui llamada a viajar frecuentemente y a escribir mucho,
he tomado a niños de tres y cinco años de edad, y he cuidado de
ellos, los he educado y preparado para puestos de responsabilidad. A
veces he recibido en mi hogar a muchachos de diez a dieciséis años,
dándoles cuidado maternal y preparación para servir. He sentido que
era mi deber presentar delante de nuestro pueblo esa obra por la cual
deberían sentir una responsabilidad los miembros de cada iglesia.
Mientras estaba en Australia, realicé esta misma clase de obra
recibiendo en mi hogar a huerfanitos que se encontraban en peli-
gro de quedar expuestos a las tentaciones que podrían ocasionar la
pérdida de su alma.
En Australia, nosotro
también trabajamos como misioneros
ocupados en obra médica cristiana. A veces convertía mi hogar, de
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Cooranbong, en un asilo para los enfermos y afligidos. Mi secretaria,
que se había preparado en el Sanatorio de Battle Creek, estaba a
mi lado y efectuaba la obra de enfermera misionera. No cobraba
nada por sus servicios, y ganábamos la confianza de la gente por el
interés que manifestábamos en los enfermos y dolientes. Después
Se hace referencia aquí a las personas asociadas con ella. Jaime White murió en
1881.