Una explicación de las primeras declaraciones
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obra para hacerla en su nombre. Al igual que Cristo, serán llamados
enemigos de la iglesia y de la religión, y mientras más fervientes y
leales sean sus esfuerzos para honrar a Dios, más amarga será la ene-
mistad de los impíos e hipócritas. Pero no nos debemos desanimar
cuando seamos tratados así.
Proseguiré con mi obra
Quizá seamos llamados “faltos de juicio y necios”, fanáticos
y aun locos. Quizá se diga de nosotros como se dijo de Cristo:
“Demonio tiene”.
Juan 10:20
. Pero la obra que el Maestro nos
ha dado para realizar, es todavía nuestra obra. Debemos dirigir la
mente a Jesús sin buscar alabanza u honor de los hombres sino
entregándonos a Aquel que juzga rectamente. El sabe cómo ayudar
a los que, mientras siguen en las pisadas de Jesús, sufren en cierto
grado el reproche que él soportó. Fue tentado en todo como nosotros
lo somos, para que supiera socorrer a los que son tentados.
No importa qué interpretación errónea sea dada a mi testimonio
por los que profesan justicia, y sin embargo no conocen a Dios,
seguiré adelante humildemente con mi obra. Hablaré las palabras
que Dios me da para animar, reprochar y advertir. No queda sino un
pequeño resto de mi vida en la tierra. Realizaré con fidelidad, por
la gracia de Dios, la obra que mi Padre me ha dado, sabiendo que
todas mis acciones deben soportar el escudriñamiento de Jehová.—
Manuscrito 4, 1883
.
[84]
Se refiere la experiencia de Elena G. de White acerca de la
cuestión de la puerta cerrad
Battle Creek, Míchigan,
24 de agosto de 1874
Estimado Hno. Loughborough,
Por la presente testifico, en el temor de Dios, que las acusaciones
de Miles Grant, de la Sra. de Burdick y otros, publicadas en la revista
Crisis,
no son verdaderas. Las declaraciones en cuanto a mi proceder
en 1844 son falsas.
En
Seguridad y Paz en el Conflicto de los Siglos, 478-485
casi todo el (
capítulo 25
),
hay una amplia presentación de la “puerta cerrada”.