Página 85 - Mensajes Selectos Tomo 1 (1966)

Basic HTML Version

Capítulo 6—El amoroso cuidado de Jesú
Al escribir, tengo un profundo sentimiento de gratitud por el
amoroso cuidado de nuestro Salvador hacia todos nosotros. Cuando
leo la Palabra de Dios y me arrodillo para orar, estoy tan impre-
sionada por la bondad y misericordia de Dios que no puedo elevar
mi petición sin llorar. Mi corazón se humilla y quebranta cuando
pienso en la bondad y amor de mi Padre celestial. Tengo hambre y
sed por tener más y siempre más de Jesús en
esta
vida. Cristo fue
crucificado por mí, ¿y me quejaré si soy crucificada con Cristo?...
No sabemos qué está delante de nosotros, y nuestra única segu-
ridad reside en caminar con Cristo, nuestra mano entre las suyas,
nuestro corazón lleno de perfecta confianza. ¿Acaso no ha dicho él:
“¿O forzará alguien mi fortaleza? [En inglés dice: ‘Aférrese de mi
fortaleza’] Haga conmigo paz; sí, haga paz conmigo”? Mantengámo-
nos cerca del Salvador. Caminemos humildemente con él henchidos
de su mansedumbre. Ocúltese nuestro yo con Cristo en Dios...
El adorno externo
Los que acarician y lisonjean el yo, fomentando el orgullo y la
vanidad, dando al vestido y la apariencia el tiempo y la atención que
debieran darse a la obra del Maestro, están sufriendo una pérdida
terrible. Muchos que están vestidos con bellas prendas externas
[92]
no saben nada del adorno interior que es de gran precio a la vista
de Dios. Su fina vestimenta cubre un corazón que es pecaminoso
y enfermo, lleno de vanidad y orgullo. No saben lo que significa
buscar “las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de
Dios”.
Colosenses 3:1
.
Anhelo ser henchida, día tras día, con el Espíritu de Cristo. El
tesoro de su gracia es de más valor para mí que el oro, la plata o
Parte De Una Carta Escrita El 18 De Febrero De 1904, Publicada en
Notebook
Leaflets,
Experiencia Cristiana, No. 1.
81