Página 120 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 1 (2003)

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Testimonios para la Iglesia, Tomo 1
Durante los años que siguieron a la recuperación de mi esposo,
el Señor abrió ante nosotros un vasto campo de labores. Aunque al
comienzo encaré con timidez mi responsabilidad como oradora, sin
embargo a medida que la providencia de Dios abría el camino delante
de mí, llegué a presentarme confiadamente ante vastas congregacio-
nes. Asistimos juntos a las reuniones campestres de reavivamiento
espiritual y a otras grandes reuniones desde Maine hasta Dakota,
desde Míchigan hasta Texas y California.
La obra comenzada con debilidad y oscuramente ha continuado
creciendo y fortaleciéndose. Las casas editoras que funcionan en
Míchigan y en California, y las misiones establecidas en Inglaterra,
Noruega y Suiza, dan testimonio de ese crecimiento. En lugar de
la publicación de nuestro primer folleto llevado al correo en una
maleta, ahora salen mensualmente de nuestras casas editoras unos
140 mil ejemplares de diversos periódicos. La mano de Dios ha
acompañado su obra y la ha hecho prosperar y crecer.
La historia de los años posteriores de mi vida abarca la historia
de diversas empresas que han surgido entre nosotros y con las cuales
la obra de mi vida se ha relacionado estrechamente. Mi esposo y yo
trabajamos con la pluma y la voz para edificar estas instituciones.
Aun una breve descripción de lo que nos aconteció durante esos
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activos y ocupados años sobrepasaría los límites de esta obra. To-
davía no han cesado los esfuerzos de Satanás por estorbar la obra y
destruir a los obreros; pero Dios ha cuidado de sus siervos y también
de su obra.
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