Página 151 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 1 (2003)

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Los dos caminos
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brantado casi por completo, y ellos están agobiados a consecuencia
de su labor mental, incesantes inquietudes, trabajos y privaciones.
Otros no tomaron ni quisieron tomar la carga sobre sí, y sin embargo
se consideran muy atribulados, porque nunca experimentaron penu-
rias ni han sido bautizados en el sufrimiento, ni lo serán mientras
manifiesten tanta debilidad y tan poca fortaleza, y sean tan amantes
de la comodidad. Según lo que Dios me ha mostrado, es necesario
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que haya un castigo entre los predicadores a fin de eliminar a los
perezosos, lerdos y egoístas, para que quede una compañía pura, fiel
y abnegada, que no busque su bienestar personal, sino que ministre
fielmente en palabra y doctrina, con voluntad de soportarlo todo por
causa de Cristo y salvar a los que él redimió con su muerte. Sientan
sobre sí estos siervos el ¡ay! que se les aplicará si no predican el
Evangelio, y esto bastará; pero no todos lo sienten.
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