Página 156 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 1 (2003)

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Testimonios para la Iglesia, Tomo 1
Debieran vestirse con modestia, ser diferentes del mundo que los
rodea. Al valorar el interés eterno de sus hijos, debieran reprochar
el orgullo que hay en ellos, reprocharlo fielmente y no estimularlo
mediante palabras o acciones. ¡Cuánto orgullo se me mostró que
existe entre el pueblo profeso de Dios! Ha aumentado cada año, a
tal punto que ahora es imposible distinguir a los adventistas profe-
sos observadores del sábado, del mundo que los rodea. Vi que era
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necesario arrancar este orgullo de nuestras familias.
Se ha gastado mucho en cintas y encajes para los sombreros, en
collare
y otros artículos de adorno innecesarios, mientras Jesús el
rey de gloria, que rindió su vida para redimirnos, llevó una corona
de espinas. Esta fue la forma como adornaron la cabeza sagrada
de nuestro Maestro. El fue “varón de dolores, experimentado en
quebranto”.
Isaías 53:3
. “Mas él herido fue por nuestras rebeliones,
molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él,
y por su llaga fuimos nosotros curados”.
Isaías 53:5
. Sin embargo,
los mismos que profesan haber sido lavados por la sangre de Jesús,
derramada por ellos, pueden vestirse con elegancia y adornar sus
propios cuerpos mortales, y atreverse a profesar ser seguidores del
Modelo santo, abnegado y humilde. Ojalá que todos pudieran ver
esto en la forma como Dios lo ve y tal como me lo mostró. Me pare-
ció demasiado para poder soportarlo. Sentid la angustia de espíritu
que yo experimenté al contemplarlo. El ángel dijo: “El pueblo de
Dios es
peculiar;
él los está purificando para sí mismo”. Vi que la
apariencia exterior es un índice de lo que hay en el corazón. Cuando
el exterior se llena de cintas, collares y cosas innecesarias, muestra
claramente que el amor de todo eso está en el corazón; a menos que
tales personas sean limpiadas de su corrupción nunca podrán ver a
Dios, porque únicamente los puros de corazón lo verán.
Se me ha preguntado si creo que es incorrecto usar sencillos collares de hilo de lino.
Mi respuesta ha sido siempre: “No”. Algunos han tomado el significado extremo de lo
que he escrito acerca de los collares, y han sostenido que es incorrecto usar collares de
cualquier clase que sean. Se me mostró collares elaborados a mucho costo, y cintas y
encajes caros e innecesarios que algunos observadores del sábado han usado, y todavía
usan por ostentación y para satisfacer las exigencias de la moda. Al mencionar los collares,
no tuve la intención de que se entendiera que no era posible usar nada que se pareciera a
un collar, o al hablar de las cintas, no me propuse dar la idea de que no debiera usarse
ninguna clase de cinta.—E.G.White,
nota a la segunda edición
.