El este y el oeste
            
            
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              rio! Y todo esto por el hombre culpable y perdido. Jesús dice: “Que
            
            
              os améis unos a otros; como yo os he amado”. ¿Cuánto? Bien, lo
            
            
              que sea suficiente para induciros a dar vuestra vida por un hermano.
            
            
              ¿Pero hemos llegado al punto en que el yo debe ser gratificado y
            
            
              descuidada la palabra de Dios? El mundo es su Dios. Le sirven, lo
            
            
              aman y el amor de Dios ha desaparecido. Si amáis al mundo, el amor
            
            
              del Padre no está en vosotros.
            
            
              La palabra de Dios ha sido descuidada. En ella se encuentran las
            
            
              advertencias para el pueblo de Dios que señalan los peligros que lo
            
            
              amenazan. Pero han tenido tantas preocupaciones y perplejidades
            
            
              que difícilmente dejan tiempo para orar. Ha existido un formalismo
            
            
              vacío pero sin el poder. Jesús oraba, ¡y cuán fervientes eran sus
            
            
              oraciones! ¡Y eso que él era el Hijo amado de Dios!
            
            
              Si Jesús manifestó tanta intensidad, tanta energía y agonía, cuánta
            
            
              mayor necesidad existe que los que él ha llamado a ser herederos
            
            
              de la salvación dependan de Dios para recibir toda la fortaleza que
            
            
              necesitan, tengan toda el alma dispuesta a luchar con Dios diciendo:
            
            
              “No te dejaré, si no me bendices”.
            
            
              Génesis 32:26
            
            
              . Pero vi que los
            
            
              corazones estaban recargados con los cuidados de esta vida, y que
            
            
              Dios y su Palabra han sido descuidados.
            
            
              Vi que era más fácil que un camello pasara por el ojo de una
            
            
              aguja que un rico entrara en el reino. “No os hagáis tesoros en la
            
            
              tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan
            
            
              y hurtan; sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín
            
            
              corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan. Porque donde está
            
            
              vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón”.
            
            
              Mateo 6:19
            
            
              .
            
            
              Vi que cuando se presenta la verdad debiera hacerse con el poder
            
            
              del Espíritu. Llevad a la gente al punto en que deban realizar una
            
            
              decisión. Mostradles la importancia de la verdad, que es de vida o
            
            
              muerte. Sacad las almas del fuego con celo y dignidad. ¡Pero qué
            
            
              influencia desalentadora han ejercido muchos que profesan esperar a
            
            
              su Señor y que sin embargo poseen grandes y atractivas parcelas de
            
            
              terreno! Las granjas han predicado en voz alta, sí, en voz mucho más
            
            
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              alta que las palabras, diciendo que este mundo es su hogar. Postergan
            
            
              el día malo. Reinan la paz y la seguridad. ¡Oh, qué influencia más
            
            
              dañina! Dios detesta esa preocupación por el mundo. “Apartaos,
            
            
              apartaos”, fueron las palabras del ángel.