Página 182 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 1 (2003)

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Testimonios para la Iglesia, Tomo 1
ni pueden estarlo. Estos corazones carnales deben ser cambiados y
veréis entonces tanta belleza en la santidad que la anhelaréis como
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el ciervo anhela las corrientes de las aguas. Amaréis a Dios y su
ley, y el yugo de Cristo os resultará fácil y ligera su carga. Aunque
sufráis pruebas, si las soportáis, ellas no harán más que embellecer
el camino. La herencia inmortal es para el cristiano que se niegue a
sí mismo.
Vi que el cristiano no debe dar demasiado valor a los sentimientos
de felicidad ni depender demasiado de ellos. Estos sentimientos no
son siempre verdaderos guías. Cada cristiano debe procurar servir a
Dios por principio, y no ser regido por los sentimientos. Al hacer esto,
se ejercerá la fe y ella aumentará. Me fue mostrado que si el cristiano
vive en forma humilde y abnegada, tendrá como resultado paz y gozo
en el Señor. Pero la mayor felicidad que se experimentará provendrá
de beneficiar a otros, hacer felices a los demás. Tal felicidad será
duradera.
Muchos de los jóvenes no tienen principios fijos para servir
a Dios. No ejercen la fe. Se hunden bajo cada nube. No tienen
poder de resistencia, ni creen en la gracia. Parecería que guardaran
los mandamientos de Dios. Elevan de vez en cuando una oración
formal, y se llaman cristianos. Sus padres ansían mucho verlos
aceptar cualquier cosa que parezca ventajosa, pero no trabajan con
ellos, ni les enseñan que la mente carnal debe morir. Los animan a
adelantarse y desempeñar un papel. Pero no los inducen a escudriñar
diligentemente su corazón, a examinarse y a calcular el costo de lo
que significa ser cristiano. El resultado es que los jóvenes profesan
ser cristianos sin probar suficientemente sus motivos.
Dice el Testigo fiel: “Ojalá fueses frío o caliente. Mas porque
eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca”.
Apocalipsis
3:15-16
. Satanás acepta que seáis cristianos de nombre, porque así
resultáis más convenientes para sus fines. Si tenéis una forma de
piedad y no la verdadera, puede usaros como señuelo para atraer
a otros al mismo estado de autoengaño. Algunas pobres almas os
mirarán a vosotros en vez de recurrir a la norma de la Biblia; y no se
elevarán más alto. Serán tan buenas como vosotros, y se quedarán
satisfechas.
A los jóvenes se los insta a menudo a cumplir con su deber, a
hablar u orar en las reuniones; se los insta a que mueran al orgullo.